Bajo este título inauguro una sección infantil donde incluiré, en varias entregas, las aventuras de los sompatas, esos seres que... bueno, ya iréis viendo. Algunas son recuperadas de un antiguo y ya desaparecido blog, otras serán nuevas.
Y en primer lugar, cómo no, habrá que explicar algo sobre ellos:
Los sompatas pueden ser grandes o pequeños, guapos o feos, listos o tontos, de uno o varios colores..., pero todos son
Simpáticos
Originales
Maniáticos
Pacíficos
Amables
Traviesos
Amistosos
Soñadores
Esto no quiere decir que todos los sompatas sean iguales (o sea, que sean patas o estén a patas), no. Esto quiere decir, simplemente, que todos los sompatas son... sompatas.
IRSE DE CASA
Un sompata se hace mayor cuando se va de casa. Esto, que no es ningún error, quiere decir que el propio sompata decide cuándo es mayor, porque en cualquier momento puede independizarse.
Cuando ocurre, el sompata da un beso a sus familiares y sale de la casa dando un gran portazo, ¡blammm! Así, todos los vecinos se enteran de que se independiza y salen a darle la enhorabuena y los regalos preparados para la ocasión.
El sompata busca un lugar donde construir su nueva vivienda. Ha de ser un lugar que no esté ni muy lejos ni muy cerca de los demás. Cuando lo encuentra, dibuja en el suelo con una enorme tiza el plano de la casa y la va construyendo con madera y adobe, y la ayuda de sus amigos. Tarda alrededor de un mes en construirla y cuando termina, organiza una gran fiesta de estreno y agradecimiento, a la que acuden vecinos, amigos y familiares.
Y suele ocurrir que los padres, al ver la casa tan bonita y nueva que se ha hecho, se quedan a vivir con él.
Los sompatas pueden ser grandes o pequeños, guapos o feos, listos o tontos, de uno o varios colores..., pero todos son
Simpáticos
Originales
Maniáticos
Pacíficos
Amables
Traviesos
Amistosos
Soñadores
Esto no quiere decir que todos los sompatas sean iguales (o sea, que sean patas o estén a patas), no. Esto quiere decir, simplemente, que todos los sompatas son... sompatas.
IRSE DE CASA
Un sompata se hace mayor cuando se va de casa. Esto, que no es ningún error, quiere decir que el propio sompata decide cuándo es mayor, porque en cualquier momento puede independizarse.
Cuando ocurre, el sompata da un beso a sus familiares y sale de la casa dando un gran portazo, ¡blammm! Así, todos los vecinos se enteran de que se independiza y salen a darle la enhorabuena y los regalos preparados para la ocasión.
El sompata busca un lugar donde construir su nueva vivienda. Ha de ser un lugar que no esté ni muy lejos ni muy cerca de los demás. Cuando lo encuentra, dibuja en el suelo con una enorme tiza el plano de la casa y la va construyendo con madera y adobe, y la ayuda de sus amigos. Tarda alrededor de un mes en construirla y cuando termina, organiza una gran fiesta de estreno y agradecimiento, a la que acuden vecinos, amigos y familiares.
Y suele ocurrir que los padres, al ver la casa tan bonita y nueva que se ha hecho, se quedan a vivir con él.
4 comentarios:
Buen cuento, Carlos. Sobra decir que la estructura es perfecta y que la extesión es la más apropiada para la red. Has planteado un tema apasionante, de actualidad. Me gusta el final; que los padres se muden a casa de su sompatas es de lo más original, nada que ver con que el sompatas hubiese vuelto a casa de los padres a la hora de la primera comida o llegado el momento de cargar la lavadora.
Seguiré de cerca esta edición nueva, "Ediciones sompatas". El personaje promete y los conflictos a los que puede enfrentarse, también. Muca suerte.
Saludos,
Alejandro
Me alegra saberte por aquí. Los sompatas tienen algunos años ya, incluso tienen forma de libro: Vida sompata, editado por la Diputación de Cuenca. De vez en cuando los visito y me cuentan nuevas ocurrencias.
tirando de viejas glorias eh???
un fuerte abrazo amico mío
DTB
Veo que todavía sabes leer. DTB
:-P
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