viernes, 30 de marzo de 2012

Libro de los errores

Murciélagos en la biblioteca
Texto e ilustaciones de Brian Lies
Edición: Juventud, 2009
Traducción de Carlos Mayor.

Los murciélagos se cuelan en la biblioteca y pasan la noche de libro en libro, de suceso en suceso, de travesura en travesura, hasta que llega el día y deben marcharse. La idea es buena, las ilustraciones son sugerentes y creativas, entonces, ¿qué tiene de malo este álbum? Pues lo de -casi- siempre: a mi juicio, falla el modo en que está contada la historia.
A ver, es una historia contada en verso, concretamente en pareados octosílabos, excepto en un par de ocasiones en que se convierten en eneasílabos (por ejemplo: "los nuevos quieren descubrir / por qué es importante venir", más "y nos la abre de par en par / para volver a disfrutar"), con lo que el ritmo de la narración, y por tanto el de la lectura, da un traspiés bastante molesto. También los acentos nos descolocan a veces, cargándose la musicalidad de un pasaje, y en otras ocasiones no sabemos si leer/pronunciar unas palabras con o sin sinalefa, con lo que, una vez más, la música se fractura (en "Ahora unos se dan un baño", solo cuando releo, sé que debo pronunciar "aho-rau-no-sse-da-nun-ba-ño", para mantener el ritmo con el resto, pero resulta bastante incómodo, ya que me obliga a deshacer dos hiatos seguidos).
Pero lo que más me irrita de este libro es la falta de intensidad, la relajación con que, por un lado, se cuenta la peripecia nocturna de los murciélagos, que se limita a una enumeración más o menos graciosa de acciones, sin lograr interesarme por ninguna; y por otro lado, un gran número de versos, demasiados, se componen utilizando expresiones recurrentes, vacías de significado, con la única justificación de ajustar el número de sílabas o la rima.
En todos los versos que reproduzco a continuación ocurre lo que digo (la negrita es mía):  

"La biblioteca ahí espera"
"Todos vamos muy contentos:
"Siempre que alguien nos avisa"
"Todo el año lo esperamos
"Y ya por fin aquí estamos"
"Otros buscan enseguida"
"Nunca se tiene bastante"
"Algunos deciden luego"
"Sino caras muy dispares"
"Esto es un amaravilla"
"Esto es mejor que la cueva"
"Ahora unos se dan un baño"
"A veces cuesta sentarse"
"Ya muy cerca, muy cerquita"
"Tan absortos ahora estamos"
"Llevamos muy poco rato"

Es una lástima, porque son fallos fácilmente subsanables con un poco más de atención y paciencia... de respeto hacia un género, la poesía, que debe pasar los mismos o mayores controles de calidad cuando está dedicada al lector infantil que cuando se escribe para adultos.
Y como es una traducción, no sé si es el traductor quien yerra o, por el contrario, es tan bueno que respeta la poca pericia poética del autor.



Luz en la noche, 
diminuta galaxia 
con forma de ojo.

martes, 27 de marzo de 2012

Todo el día


 I

El sol araña mis párpados,
la almohada besa mis heridas.
Con gran esfuerzo me levanto.

            II

El mediodía no existe.
Sólo se intuye
los sábados y festivos.

            III

Las grandes batallas
ocurren por la tarde
y siempre vence la sombra.

            IV

La noche, ciudad, te hace cósmica:
nos besamos de sol a sol,
es decir, entre farolas.


El ulular
del laúd como alud
de leves olas.

jueves, 22 de marzo de 2012

Ediciones Sompatas (XVIII)


UNA HISTORIA DE AMOR

 
El sompata Boris quería ser escritor y tomó una decisión muy importante.
- Hasta que no se me ocurra una buena historia no pienso salir de casa -dijo en voz alta, aunque estaba solo, como si al oír su voz se cargase más de razón.
Y así pasó un día tras otro, esperando a que le llegase a la mente una buena historia. Pero la historia no llegaba.

La sompata Cusot quería ser personaje y tomó una decisión muy importante.
- Hasta que no se me ocurra una buena historia no pienso meterme en casa -dijo en voz alta en plena calle, como si quisiera que todo el mundo la oyese y la apoyase.
Y así pasó un día tras otro, deambulando por la ciudad en busca de la historia que la convirtiese en un personaje. Pero la historia no llegaba.

Un día, harto y aburrido de esperar, Boris se asomó a la ventana. En la acera había una sompata de un gris apagado que lo miraba fijamente. Le llamó la atención el esfuerzo que parecía hacer para mantenerse en pie, porque su cara expresaba un cansancio infinito. Boris se preocupó, y con razón, porque la sompata se desplomó de repente.
Salió de casa rápidamente para socorrerla. Al llegar junto a Cusot, tuvo una sensación extraña, como si una ligera brisa soplase desde diferentes direcciones, y a la vez muy agradable.
Ayudó a incorporarse a la sompata gris apagado, paró un taxi y la acompañó hacia el hospital.
Pero por el camino ambos ya sabían que no era en el hospital donde iban a recibir la ayuda que necesitaban; era en el taxi donde sus respectivos problemas se iban a solucionar. Allí, en aquel espacio en movimiento, medio casa, medio calle, Boris hizo su pregunta.
- ¿Qué te ha pasado?
Y Cusot, la suya.
- ¿Y a ti?
Así empezó su gran historia... Y la del taxista, encantado de que no se dieran ninguna prisa en responder.

También la nieve
quiere florecer
esta primavera.
 

miércoles, 21 de marzo de 2012

martes, 20 de marzo de 2012

Disiento, disienta

Sinergiasincontrol.com

El caudal de opiniones que provocó el artículo de Ignacio Bosque sobre el uso sexista del lenguaje y la invisibilidad de las mujeres, publicado por El País el 4 de marzo y suscrito por 26 miembros de la RAE, me parece lógico, oportuno e ilustrativo.
Si opinar es saludable, disentir es más saludable, en cualquier ámbito de la vida, porque exige tener ideas y argumentos para expresarlas; el intercambio de argumentos es lo que enriquece a las partes y saber escuchar es tan valioso como saber expresar. Lo echo de menos en esta sociedad nuestra, donde la crítica adopta la forma de insulto y de marketing con igual desparpajo, en esta sociedad tan dada a emitir mensajes dirigidos a quienes ya los esperan y desean y, por tanto, no los necesitan más que para reafirmarse en su postura. Lo echo de menos en los medios de comunicación, definitivamente ajenos a la objetividad informativa, en los mítines de las campañas electorales, que se han convertido en ceremonias de autoafirmación más cercanas al funcionamiento de una secta que al de un partido político, en la mayoría de las tertulias y los debates, donde los interlocutores hablan con el eco de las siglas y las ideologías a las que están vinculados.
El texto de Ignacio Bosque exponía, entre otras cosas, la distinción que se ha se hacer entre género gramatical y género sexual, y apuntaba que la corrección política no puede, ni debe, ser tan exagerada que convierta nuestro idioma en otro distinto, entre otras cosas porque las imposiciones no se llevan bien con la lengua. Partía del análisis de nueve guías editadas al respecto por varias instituciones y sindicatos, y durante días fue completado con otros, muchos, comentarios, a favor y en contra, en diferentes medios.
Ha sido bonito -sí, bonito-, leer y escuchar los argumentos en uno y otro sentido, hasta comprobar que, como en las buenas novelas, no hay una única solución, una única postura acertada, no. Con las piezas de ese gran puzzle que es la opinión plural razonada, cada uno -y una- deberá configurar su propia postura. Así es y así debe ser, por muchas guías que se publiquen sobre el uso más y mejor de cualquier tema, temo.


Artículos publicados en El País que han tratado el tema del sexismo en el lenguaje: aquí los artículos de Ignacio Bosque, Pedro Álvarez de Miranda y Winston Manrique Sabogal, aquí los de Milagros del Corral e Inés Alberdi, y aquí el de Rosa Montero.


Pincha sobre la leyenda de la ilustración para ver el blog del que ha sido tomada.


Lágrimas verdes
brotan en las ramas
llamando a la lluvia.

jueves, 15 de marzo de 2012

Caricia o golpe
con igual contundencia. 
Es la trompeta.

Libros que me gustan

 
Casualidad
Texto: Pepe Monteserín
Ilustracones: Pablo Amargo
Edición: Barbara Fiore, 2011

¿Qué es la casualidad? Una disculpa de los que no entienden las cosas.
Basta que yo haya nacido en Ventoso para que desprecie la casualidad.
 Así empieza este álbum ilustrado de 43 cm de largo por 14 de ancho que, si no fuera por el título, diríamos que habla del viento. Es una obra que nos habla del viento y de un lugar que en el nombre ya tiene su condición, Ventoso. El viento condiciona la vida de ese lugar, del espacio que es Ventoso y de quienes lo habitan. En eso consiste el libro, casi exclusivamente, hasta que el narrador nos habla de su amiga Racha, y de las cosas que hacía con ella hasta la desaparición de Ventoso, dicen que bajo las aguas de un pantano.
El álbum es todo un catálogo de actividades y situaciones posibles gracias a la acción del viento, incluidos 21 veletas, 20 cometas y 21 molinos de viento del mundo: "los niños jugábamos a las cometas y también a mirar el cielo, como quien mira un río", "¡Cuántas tardes salí con mi amiga Racha por la orilla del cielo a pescar con nuestras cometas!". So ntodas cosas que ocurren "no por casualidad", lógicamente.
Es una obra en la que texto e ilustraciones ya se aproximan,  ya se alejan, como llevados por rachas de viento caprichosas, aumentando con ese vaivén la riqueza de la historia. Si el texto de Pepe Monteserín es tan breve como emotivo, las ilustracones de Pablo Amargo son  tan  frías (iba a escribir "técnicas") como juguetonas y unas veces cuentan su propia historia, mientras que otras veces interpretan el texto de manera sorprendente. 
El diseño gráfico al servicio de la literatura infantil... de la literatura, mejor dicho, y me encanta que así sea, porque supone una aportación más a ese mundo tan nutrido de apuestas originales y estéticamente tan novedosas que es el de la literatura... la literatura infantil, mejor dicho.

Un libro recomendado para lectores a partir de ocho años, dispuestos a sentir y observar...



lunes, 12 de marzo de 2012

Ciclo


De repente un día cualquiera
el ídolo se tambalea,
se llena de grietas y moho,
parece más viejo que antiguo,
no sucio, tampoco limpio.

Qué desconcierto.
Qué hacer con él ahora.

Un rato de observación
retrasa la decisión
para pasar a la acción.

Menos mal, porque si no...

La mano lo palpa insegura,
la vista lo escruta,
la boca lo besa...

Crecemos.
Hemos crecido,
y de repente el mundo a los pies.

El ídolo ya no lo es,
ahora lo somos.

¡Nada entre el cielo y nosotros!

Nada ni nadie.

Bajamos la vista a la tierra
y allí están minúsculos todos,
adorándonos a su modo,

llenándonos de babas,

llamándonos “papá”.

Vuelve a pasar, 
la idea esquiva 
es onda en el estanque.

jueves, 8 de marzo de 2012

Cada mañana
despierto junto a ti
y el mundo avanza.

¡Nuevo libro!


Ilusionado como el primer día he leído, palpado, olido, mirado y emirado mi nuevo liibro. Acaba de salir, aún no se ha distribuido, pero lo hará en breve, y es precioso... se parece a su padre.
Se titula La triste historia del faro que se enamoró de la luna y también The sad story of the Lighthouse that fell in love with the Moon, porque es bilingüe. Tiene unas ilustraciones espectaculares de Mercedes Mateos, ha sido traducido al inglés por Andrew Shepperd, y lo ha editado la pequeña pero juguetona editorial Alfasur, con la que tengo varias obras publicadas y cuyo esfuerzo es siempre admirable y entusiasta.
Es un libro infantil que cuenta una historia triste. Es una obra que cuenta una historia a la vez que reflexiona sobre los elementos narrativos que se utilizan para contar historias.
Aquí os dejo algunas imágenes. Espero que guste y que su aventura en el mundo exterior sea tan provechosa como lo ha sido en el mundo interor de su autor.







martes, 6 de marzo de 2012

Algunas noches
el insomnio recuerda
que tiene garras.

La odisea literaria de un manuscrito (fragmento)



Hoy cumple años Gabriel García Márquez, 85, y para celebrarlo se me ha ocurrido recrear este artículo de EL PAÍS (15 de julio de 2001) en el que narra la accidentada historia de las pruebas de Cien años de soledad, novela que hoy se publica en formato digital y que ha sido vital en mi vida.

-Lo único que falta ahora -dijo- es que la novela sea mala.
La frase fue la culminación perfecta de los dieciocho meses que llevábamos batallando juntos para terminar el libro en que fundaba todas mis esperanzas. Hasta entonces había publicado cuatro en siete años, por los cuales había percibido muy poco más que nada. Salvo por La mala hora, que obtuvo el premio de tres mil dólares en el concurso de la Esso Colombiana, y me alcanzaron para el nacimiento de Gonzalo, nuestro segundo hijo, y para comprar nuestro primer automóvil.
Vivíamos en una casa de clase media en las lomas de San Ángel Inn, propiedad del oficial mayor de la alcaldía, licenciado Luis Coudurier, que entre otras virtudes tenía la de ocuparse en persona del alquiler de la casa. Rodrigo, de seis años, y Gonzalo, de tres, tuvieron en ella un buen jardín para jugar mientras no fueron a la escuela. Yo había sido coordinador general de las revistas Sucesos y La familia, donde cumplí por un buen sueldo el compromiso de no escribir ni una letra en dos años. Carlos Fuentes y yo habíamos adaptado para el cine El Gallo de Oro, una historia original de Juan Rulfo que filmó Roberto Gavaldón. También con Carlos Fuentes había trabajado en la versión final de Pedro Páramo, para el director Carlos Velo. Había escrito el guión de Tiempo de morir, el primer largo metraje de Arturo Ripstein, y el de Presagio, con Luis Alcoriza. En las pocas horas que me sobraban hacía una buena variedad de tareas ocasionales -textos de publicidad, comerciales de televisión, alguna letra de canciones- que me daban suficiente para vivir sin prisas pero no para seguir escribiendo cuentos y novelas.
Sin embargo, desde hacía tiempo me atormentaba la idea de una novela desmesurada, no sólo distinta de cuanto había escrito hasta entonces, sino de cuanto había leído. Era una especie de terror sin origen. De pronto, a principios de 1965, iba con Mercedes y mis dos hijos para un fin de semana en Acapulco, cuando me sentí fulminado por un cataclismo del alma tan intenso y arrasador que apenas si logré eludir una vaca que se atravesó en la carretera. Rodrigo dio un grito de felicidad:
-Yo también cuando sea grande voy a matar vacas en la carretera.
No tuve un minuto de sosiego en la playa. El martes, cuando regresamos a México, me senté a la máquina para escribir una frase inicial que no podía soportar dentro de mí: 'Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo'. Desde entonces no me interrumpí un solo día, en una especie de sueño demoledor, hasta la línea final en que a Macondo se lo llevó el carajo. 

Artículo completo pinchando aquí.





jueves, 1 de marzo de 2012

Manifiesto de la Plataforma COABDM


La Plataforma para la creación del Colegio Profesional de Archiveros, Bibliotecarios y Documentalistas (Plataforma COABDM), ante los últimos acontecimientos en torno al sistema bibliotecario de la ciudad de Madrid manifiesta:
  • Que el derecho a la información es una condición fundamental para el desarrollo de la democracia, así como para que los ciudadanos puedan pensar, opinar y actuar libremente.
  • Que las Bibliotecas son imprescindibles en la Sociedad de la Información actual, puesto que son las garantes del derecho de los ciudadanos a informarse y crear un pensamiento crítico.
  • Que apoya sin matices el “Manifiesto de la UNESCO en favor de las Bibliotecas Públicas”, en el que se escribe, entre otras cosas:
El bibliotecario es un intermediario activo entre los usuarios y los recursos. Es indispensable su formación permanente para que pueda ofrecer servicios adecuados. Habrán de establecerse programas de extensión y de formación del usuario con objeto de ayudarles a sacar provecho de todos los recursos.
  • Que los Archiveros, Bibliotecarios, Documentalistas y Gestores de la Información garantizan el derecho de acceso a la información de una forma adecuada, facilitando la educación, la formación y la transmisión del conocimiento, lo que hace que sean un Servicio fundamental a la Sociedad.
  • Que respeta enormemente la labor de los miles de voluntarios que realizan su tarea en España, sin excepción alguna, y les agradece el beneficio que reportan a la sociedad.
Solicita:
  • Que se reconozcan públicamente los valores sociales que la gestión de información tiene para la sociedad en su conjunto.
  • Que se valore la profesión de Archiveros, Bibliotecarios, Documentalistas y Gestores de la Información como se merece y se deje de estigmatizar y devaluar su función, que no es otra que la de ofrecer el mejor servicio de organización y recuperación de información, con los beneficios que ello representa.
  • Que se valore y se entienda que los Archiveros, Bibliotecarios, Documentalistas y Gestores de la Información, no son un gasto improductivo sino un auténtica inversión, ya que gracias a la gran labor y esfuerzo que realizan, tanto en empresas públicas como privadas, ahorran gran cantidad de recursos financieros al tener la información y documentación adecuadamente tratada, gestionada y organizada.
  • Que se paren los procesos abiertos de regulación de empleos en los servicios documentales, públicos y privados, ya que propician una bajada en la calidad en la prestación de servicios de información que creemos inaceptable.
  • Que se restituya la Dirección General de la Biblioteca Nacional de España, puesto que al ser suprimida, se eliminó de raíz el prestigio de una de las mejores instituciones culturales que tiene este país.
  • Que las Bibliotecas Públicas ofrezcan un servicio de calidad como lo han estado prestando hasta ahora, con personal formado y cualificado, por lo que rechazamos el uso de voluntarios para cubrir posibles funciones de trabajadores asalariados.

Plataforma para la creación del Colegio Profesional de Archiveros, Bibliotecarios y Documentalistas de Madrid



No sé qué escribir.
la idea vírica
me infecta otra vez.