Escribí “rebólver” y la falta de ortografía
me persigue desde entonces. Las burlas de mis alumnos, las sonrisas de mis
amigos, el disimulo de mi familia, se me aparece tras cada esquina, en cada
reunión, con cada brindis… No lo soporto y por eso he decidido poner fin a
tanto ridículo y tanto sufrimiento. Esta noche, cuando todos duerman, me pegaré
un tiro con el nuevo y estúpidamente bien escrito rebólber. Ala.
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