Ezra Jack Keats
Lata de Sal, 2013
Traducción de Susana Collazo
El único fallo reseñable de este álbum es el empeño
editorial en destacar cosas como: “¡El primer protagonista negro en la historia
del álbum ilustrado!” o “¡Tres millones de ejemplares vendidos en todo el
mundo!” ¡Hala! (esto lo digo yo, impresionado, sic.)
Lo demás son aciertos. El acierto de la edición de esta
hermosa obra en el 50 º aniversario de su publicación, el acierto del gran
formato y el cuidado con que está hecho, el acierto de la sobrecubierta, donde
se nos informa de cómo hizo Keats el original y se nos anima a imitar su
experimentación y sus juegos.
Aparte de esto, Un día
de nieve es una obra extremadamente sencilla en su argumento: un niño,
negro, pasa el día jugando con la nieve, con la inmensa nieve que ha cubierto
la ciudad.
Las diferentes técnicas empleadas por el autor (collage,
tampones, tinta salpicada, tela...) hacen de cada doble página una deliciosa
sorpresa en la que disfrutamos la mezcla de ilustración plana y volumen,
estatismo y movimiento, diferentes encuadres, el juego con el blanco de la hoja…
Todo esto le da un aire de modernidad admirable (como ocurre con obras tan
“viejas” como las de Leo Lionni, por ejemplo, ¿verdad?), característica en las
grandes obras.
Que sea la primera vez que un niño negro protagoniza un
álbum, o que sea la primera vez que se utiliza la técnica del collage en un
álbum ilustrado, o que se hayan vendido tropecientos mil millones de
ejemplares, son cosas secundarias o, cuando menos, supeditadas a lo más
importante, en mi opinión: es una obra bien hecha.
La sencillez y la claridad, junto con la originalidad, van conformando
mi mapa particular de los mejores álbumes ilustrados.
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