martes, 6 de agosto de 2013

Los breves de agosto (2)


Como hacen el tiburón y otros animales con las rémoras, el océano permite a los seres humanos tontear en su superficie y en sus orillas. Pero, a diferencia de las rémoras, los seres humanos no limpian nada, ni se alimentan con nada relacionado con el océano. Al contrario, se afanan en dejarle restos evidentes y ofensivos de su presencia y su actividad. Podría decirse que son una versión perversa de la idea de simbiosis.
Y eso, es de suponer, hay que pagarlo, de un modo o de otro.


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