Maravillas
Brian Selznick
Edición: SM,
2012
Traducción:
Ana H. de Deza
Siguiendo la
senda abierta con La invención de Hugo
Cabret, Brian Selznick nos cuenta Maravillas
combinando texto e imágenes. Son dos historias paralelas que transcurren con
cincuenta años de diferencia. En una, la textual, Ben, un muchacho sordo,
emprende la búsqueda de su padre, a quien no conoce, y llega a Nueva York. En
otra, la gráfica, Rose, una muchacha sorda, huye de la casa donde está recluida
con la intención de reunirse con su madre, una cantante que está actuando en
Nueva York. La primera historia transcurre en 1977, la segunda, en 1927, y
ambas confluyen en la última parte de la obra, haciendo que todas las piezas encajen
y el conflicto planteado se resuelva.
Ambas son
historias de búsqueda y de conocimiento, con el problema de la sordera como
complicación añadida, lo que hace del viaje una aventura mayor, permite mostrar
la difícil situación de integración de las personas afectadas y sirve para la
utilización de una herramienta estilística de extraordinario valor narrativo,
un cuaderno; en él, además de preguntas y respuestas concretas para salir del
paso, se cuentan historias y se reúnen datos relacionados con las vidas de los
personajes; es decir, un cuaderno que se convierte en un libro escrito por los
propios personajes.
Los
problemas de sordera de Ben y Rose no son únicamente instrumentales, sino que
se convierten en un estigma que los limita y convierte realmente en personas
minusválidas (el caso de Rose es el más evidente); pero ellos son inteligentes,
tienen recursos y encuentran a personas dispuestas a saltarse esa barrera
injusta y pacata para ayudarlos.
Son
elementos clave en la novela el espacio y el tiempo. El espacio, o los
espacios, tiene dos vertientes: el geográfico, formado por las ciudades y
pueblos por donde circulan los personajes (Gunflint Lake, en Minnesota, Hoboken,
en Nueva Yersey, y Nueva York), y el Museo de Historia Natural de Nueva York,
con dos salas en concreto: un diorama de Gunflint Lake y una maqueta de la
ciudad. El tiempo, o los tiempos, también tiene diferentes valores; por un
lado, el tiempo histórico sirve para hacer referencia al nacimiento de los
museos, un elemento clave en la obra, y para mostrar la evolución en la situación
de las personas sordas en la sociedad; por otro lado, el tiempo narrativo enlaza
de forma amena y eficaz dos acciones separadas por cincuenta años, y ve rota su
linealidad con la alternancia de texto e imagen, aumentando así el interés y la
emoción de la historia.
Las ilustraciones,
muchas (más de 460 indica la solapa del libro) y a doble página, están hechas a
lápiz y secuencian la historia de Rose seleccionando y desarrollando con habilidad
la información sobre su aventura. Destaca el empleo del zoom para dar dinamismo
y hacernos pensar, de nuevo, en el cine.
Si La invención de Hugo Cabret es un
homenaje al cine y a Georges Méliès, Maravillas
se convierte en algo parecido para los museos y las personas sordas, con Manhattan
al fondo.
Pinchando aquí podéis ver la ficha de SM, con un booktrailer y los primeros capítulos del libro.
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