jueves, 21 de mayo de 2015

Poemas para una campaña electoral (VI)


En una sociedad cada día más exigente,
es curioso comprobar
que solo es necesario apuntarse en una lista,
obtener un carné plastificado
y abrirse paso a codazos y empellones
hasta alcanzar el elegante sillón tras una mesa
de madera noble que te cagas.

La prueba de tu capacidad
no te la da ningún título, nula experiencia,
ni el sentido común
ni tu ingenua honestidad,
sino la relación de tus votantes
y las cabezas de tus enemigos
(“que son los nuestros por ahora”, lo sabes)
usadas como pisapapeles
y originales portalápices de carne y hueso.


(Carlos Lapeña: Panorama y rendija. Adeshoras, 2013)


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