La casa de papel
Carlos María Domínguez
ilustraciones de Peter Sís
Edición: Mondadori, 2007
Bluma Lennon, profesora de la universidad de Cambridge, muere atropellada mientras cruza una calle leyendo los poemas de Emily Dickinson. Un día, llega un paquete a su nombre, con un extraño contenido: un ejemplar bastante deteriorado y sucio de la novela corta de Joseph Conrad La línea de sombra. El paquete es recogido por un colega de Bluma y es este personaje quien narra la historia y nos guía en el extraño viaje que lleva de Inglaterra a Uruguay, en busca del remitente, un tal Carlos Brauer, a quien ha decidido devolver el libro.
Un puñado de personajes y de lugares recorren esta hermosa novela corta para hablarnos de libros, lectores, escritores, bibliotecas... y obsesiones. La postergación es la técnica empleada por el autor para hacernos irresistible la personalidad del autor del envío y la palabra es el vehículo para sumergirnos en una realidad extraordinaria, cuyos límites se difuminan a medida que vamos descubriendo el mundo del protagonista.
Las constantes referencias a autores y obras, las reflexiones sobre todo lo que concierne a los libros y a sus devotos, nos obligan a leer despacio y releer en ocasiones, para cerciorarnos de que, efectivamente, todos los libroheridos somos unos maniáticos irredentos que vivimos, de una forma u otra, en una casa de papel.
Son 119 páginas seductoras y originales; jugando yo también con la novela de Conrad, es un viaje por la línea de sombra que proyecta el amor a los libros.
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