martes, 29 de agosto de 2017

Espejo. Poema



Aunque no lo publique, sigo trabajando en un nuevo libro de poemas; despacio y con pausa, pero suma y sigue. 
Éste es una muestra curiosa. Salió así, del tirón, y así lo muestro.
Lo llamaremos Espejo, por ahora. 

ESPEJO

Nos miramos y vemos
los rostros contrariados de los nuestros,
inquietos en sus tumbas polvorientas
por culpa del prejuicio,
del prejuicio, ya ves, que atenaza 
y dirige enceguecido
nuestra conducta en el redil,
redil que nos protege -eso creemos-
del enemigo que llevamos dentro
y que ignoramos
a conveniencia.
Negamos la memoria,
como el conocimiento
o la curiosidad.
Nos sentimos más cómodos
(a aparentemete seguros)
marcando y repasando diariamente
las lindes del redil,
de nuestra cárcel
camuflada de casa,
para que no parezca lo que es,
el templo al miedo
donde nos congregamos
en nombre de unos dioses inventados
para ocultar -sin conseguirlo-
los nombres en las tumbas polvorientas
de los nuestros, los mismos que los suyos.


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