jueves, 17 de septiembre de 2009

De fiestas y carpas












Es 25 de agosto. Estoy en casa escribiendo este artículo con la música de Sarasate de fondo, interpretada al violín por Ara Malikian. Una gozada de disco, una fiesta…Y hablando de fiestas… (¿Veis cómo he hilado una cosa con otra? A veces no me soporto de ocurrente y hábil) El año pasado por estas fechas informaba de un sentimiento contradictorio hacia las fiestas. Este año el sentimiento es de indiferencia absoluta y viene propiciado por dos acontecimientos: el primero es que a día de hoy no tengo ni idea de las fiestas que vamos a tener este año; el segundo es la carpa. Me explico.
Supongo que la crisis financiera ha mordido en la yugular al Ayuntamiento, lo ha estrangulado, le está haciendo sudar tinta para sacar de no se sabe dónde el dinero necesario para unas luces, unos conciertos, unos toros, unas verbenas… y hasta el último momento no sabrán qué pueden -¿deben?- gastar. Tengo la solución: que las celebren en la carpa. Yo llevo de fiesta todo el año gracias a ella. Vuelvo a explicarme. Frente a mi casa sigue manteniéndose en pie, por encima de pedriscos y aguaceros, la inalterable carpa, la indestructible carpa, la madre de todas las carpas, que vale tanto para un concierto de rock, como para las fiestas del barrio, encuentro de grupos locales, comida para la tercera edad, entierro de la sardina, o fiesta de la tapa… Un espacio temporal y provisional convertido en un auténtico y permanente pabellón multiusos que, sobre todo, sirve para dos cosas: para que me pregunte cuánto costará mantener este engendro en pie todo el año, y para que tema la llegada de los fines de semana, porque vete a saber qué nueva actividad se les ocurre organizar, hasta las doce de la noche, como máximo, eso sí, que la ley es la ley y debemos ser considerados con los vecinos… a partir de esa hora. Optimizando recursos y estrangulando paciencias, que se dice.


P.S.: La carpa de la que hablo está ubicada en la calle Río Guadiana de Parla, en el recinto cerrado del antiguo cine de verano. Lleva tantos años ahí que ya forma parte del paisaje urbano parleño, para mal o para peor. Por otro lado, poco después de haber mandado el artículo al periódico Noticias de tu Ciudad, pude ver por fin el libreto con el programa de las fiestas de Parla (celebradas del 11 al 20 de septiembre), no sin cierta dificultad para distinguir las diferentes actividades de los mucho más vistosos y abundantes anuncios publicitarios, como debe ser, y supe que este año se habían trasladado a la nueva ciudad, más que nuevo varrio, de Parla Este con el consiguiente despliegue de, supongo que éstas sí serán temporales, carpas.

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