martes, 13 de octubre de 2009

Ediciones Sompatas (III)


COCIN...ARTE

Cuando el sompata Filandro iba a cocinar, se asomaba a la puerta de su casa y exclamaba todo lo fuerte que podía:
- ¡Voy a echarme una siestecita, que estoy muy cansado! ¡Dormiré por lo menos tres horas!
Después, entraba en casa, cerraba todas las ventanas y contraventanas, bajaba las persianas, echaba las cortinas, y completamente a oscuras, se ponía a cortar zarzos y rondelos en trocitos y tiras, a moler chocolate, a pelar peras, a licuar, mezclar, calentar, enfriar..., todos los ingredientes que se le ocurrían, hasta que, pasadas tres horas, tenía preparados montones y más montones de platos exquisitos.
Entonces, descorría las cortinas, levantaba las persianas, abría todas las ventanas y contraventanas, y fingía sorprenderse al ver a todos los vecinos rodeando la casa con sus platos, vasos y fuentes preparados para recibir su parte del suculento menú.
- ¡Pero bueno! ¿Es que aquí sólo hay gorrones? -Protestaba Filandro mientras repartía las raciones de comida.


El dibujo es de Ana Isabel, de 6º curso de Ed. Primaria en el colegio de Pinto Isabel la Católica.


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