Todo está dicho
y siempre damos vueltas a las mismas cosas:
a la gran obra del clásico,
a la idea con nuevo enfoque,
al melocotón que comeremos,
a todos los bares del barrio,
a la cerradura,
a la cuerda del reloj.
Todo está dicho, sí,
pero cómo no otra vuelta por si acaso.
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