jueves, 3 de diciembre de 2009

Ediciones Sompatas (VI)


LA RECOLECCIÓN

El periódico Actualidad Sompata destacaba en portada el acontecimiento más esperado de todo el otoño: la recolección de los rondelos.
Los sompatas se preparaban como siempre. Junto a la puerta de cada casa, dispusieron grandes barreños y largos palos, y esperaron ansiosos el momento adecuado.
Los más veteranos sabían que no debían tener prisa. Los rondelos deben recolectarse en el momento justo de maduración. Pero los más jóvenes e inexpertos apenas podían aguantar las ganas de salir corriendo y liarse a varazos con los árboles, las rondelas, y ponerse morados con los frutos caídos.
Todos miraban al cielo y a los rondelos, miraban y contrastaban las tonalidades del azul que ofrecían, y esperaban hasta que, entornando los ojos, eran incapaces de distinguir el azul del fruto del azul del cielo.
El sompata más viejo era quien mejor lo sabía y fue él quien dio la señal.
- ¡Ahora!
Todos los sompatas agarraron sus instrumentos y echaron a correr hacia las rondelas; mientras unos golpeaban las ramas con los largos palos, otros recogían los rondelos caídos y los metían en los grandes barreños. Un constante ir y venir les daba el aspecto de hormigas multicolores.
Y cantaban sus canciones de la recolección. Y los más pequeños se sentaban a la sombra y probaban aquellos frutos tan ricos.
Al anochecer, sin pararse a descansar y en pleno campo, preparaban los primeros platos de la temporada y, junto a las hogueras, todos comían en una gran fiesta común.


Ilustración de Julio García López para Vida sompata (Diputación de Cuenca, 2004).


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