martes, 2 de febrero de 2010

Ediciones Sompatas (VIII)


SUPLANTACIÓN

La sompata Mirelia era una bromista. Con quien más disfrutaba sus bromas era con su amiga la sompata Susa, porque era muy seria, muy formal y, siempre que le ocurría algún imprevisto, pegaba unos saltos muy graciosos y hacía unos sonidos muy raros con la boca.
Un día, a Mirelia se le ocurrió disfrazarse de Susa. Se pintó todo el cuerpo de rosa, como Susa, ensayó su manera de hablar y de moverse y salió a la calle dispuesta a hacerse pasar por su amiga.
Apenas había caminado unos metros cuando se cruzó con Susa.
- Hola, Susa -saludó Mirelia.
- Hola, yo -saludó Susa, e inmediatamente se puso a dar saltos muy graciosos y ha hacer unos ruidos muy raros con la boca.
Mariela hizo lo mismo y las dos estuvieron bastante rato saltando y gritando como si estuviesen repetidas. Los demás sompatas hicieron un corro a su alrededor, divertidos.
Por fin, agotadas, se sentaron en el suelo y cuando Mirelia iba a revelar la broma, su amiga se le adelantó.
- ¿A que no sabéis cual de las dos es la auténtica Susa? -preguntó a los curiosos.
Todos señalaron a la otra Susa y, entonces, tuvo una idea.
- ¡Oh! -exclamó- ¡Lo habéis descubierto!
Y desde entonces, Mirelia sale a la calle disfrazada de Susa y Susa, de Mirelia.


Dibujo de Lorena, alumna de 4º del colegio Isabel la Católica de Pinto.


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