Imposible evitar un comentario.
No se trata de un cuadro inocente.
Aquí el tiempo ha sido detenido.
Se han obviado sus leyes.
Wislawa Szymborska, “Hombres en el puente”.
Ningún cuadro es inocente
-¿lo es, acaso, una escultura,
quizá una fotografía;
lo es, acaso, la pistola,
lo es el cuchillo, la mano?-,
no, ni hablar, en todo caso
no es el único culpable.
El suyo no es un delito
de sangre; quizá de lágrimas,
emoción, tal vez estafa...
Su delito es ventajoso
para los de nuestra especie
-la misma que lo ha inventado-.
Consiste en parar el tiempo,
detenerlo en un instante
para, entonces, contemplarlo
usando sus mismas armas.
El delito tiene un nombre:
apropiación indebida.
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