martes, 9 de marzo de 2010

Presente

Pasa, vamos, te esperaba.
Sé que recuerdas la casa
donde hace ya tantos años
te vi por primera vez.
Tú no has cambiado -es lógico-,
yo, creo que sí -también lógico-,
tu visita así lo indica...
Perdón por lo de visita,
ya sabes, deformación.
En fin. Pues nada, puntual...
oh, joder, qué cosas tengo,
quiero decir que has llegado
en el momento preciso...
que no pediré más horas,
no tengo nada que hacer...
por favor, quiero decir
no tengo nada pendiente,
aunque sí nadie pendiente,
pero eso da igual, verdad.
Te quiero sin dilación.
Esto es, al fin me sale.
Pero pasa, vamos, pasa
y apártate de la puerta,
¿quieres que todos te vean
y, acaso, que cunda el pánico?
Adelante, toma asiento...
no lo entiendas literal,
mejor como ponte cómodo;
aunque sé que no descansas,
sé que gustas recrearte
con los últimos detalles,
sobre todo si son flores.
Puedes mirar lo que quieras,
oler, claro, y preguntar,
ya lo sabes... Pero pasa,
vamos, pasa, Tiempo, pasa.

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