Mi deseo es que este texto se convierta en un marcapáginas, punto de lectura, señalador, cinta, marcador, hoja seca, indicador de la página en la cual dejo la lectura, la aplazo, con la certeza del regreso no muy lejano. Mi deseo es que toda aquella persona que lo lea desee guardarlo, reciclarlo, plastificarlo para utilizarlo de ese modo, como un “aquí me quedé”, un “recuerda por dónde vas”, un “saludos, lector”, un “hola de nuevo, libro”, un etcétera, etcétera. El motivo es que este mes de abril recuerdo especialmente que leer nos hace mejores personas. Este mes de abril son más frecuentes los momentos en que no pienso en la lectura como un viaje, conocer otros mundos, evasión, entretenimiento, ocio, imaginación. Este mes de abril prefiero hablar, simplemente, de ser algo mejores, de alimentar nuestra mente, o espíritu, o alma, con palabras que son valores, como Bien, Honradez, Libertad, Justicia, Solidaridad..., que son armas terroríficas contra intransigentes, hipócritas, racistas, violentos, cobardes, traidores… Hablo de la posibilidad de crecer cada día, con cada lectura, un poco, aunque sólo sea el filo de una hoja, y ser mejores que ayer, que el mes pasado o que la hoja anterior. Este mes de abril quiero decir “esto es un libro y es tan necesario como el agua y el pan; debes tomar una buena dosis diaria a plena luz e incluso a voces, escandalosamente; abusa de él, confúndelo, alíñalo con cuidado y muerde con fuerza y decisión. Sé rumiante con él y depredador al mismo tiempo. Y luego me lo cuentas… o me lo narras, redactas, recreas, susurras, bajo la advocación de Shakespeare, Cervantes, Andersen o la legión innumerable de sus hijos más ilustres.”
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