El cuento podría resumirse de la siguiente manera:
Unos personajes ciegos, cuya cantidad, naturaleza y ocupación varía según las versiones, ven alterada su vida con la aparición en su mundo de un ser desconocido. En unos casos no se aclara qué es hasta el final, aunque el lector lo va viendo página a página; en otros se anuncia desde el principio que se trata de un elefante. En cualquier caso, los ciegos deciden investigar ese ser nuevo y, por turnos, cada uno explora exclusivamente una parte y llega a una conclusión, que en nada se parece a la de los demás ciegos.
La historia termina de dos maneras posibles. O bien los ciegos ponen en común sus conclusiones y, con la suma de todas, averiguan la verdad del elefante; o bien cada uno se empecina en su conclusión negando las demás, por lo que ninguno sabrá cómo es un elefante, o lo que es igual, si no peor, cada uno seguirá siendo feliz tan cargado de razón como de ignorancia.
Conozco cinco álbumes ilustrados que tratan este tema, cada uno de una manera y todos especialmente originales, interesantes y hermosos. Son éstos:
Siete ratones ciegos, de Ed Young (Ekaré, 2001)
Tres ciegos y un elefante, de Claudia Rueda Gómez (Imaginarium, 2002)
En la noche, de Gita Wolf, Sirish Rao y Rathna Ramanathan (Thule, 2005)
Los seis ciegos y el elefante, de Pilar Obón y Manuel Monroy (Nostra, 2005)
La verdad del elefante, de Martin Baltscheit y Christoph Meitt (Lóguez, 2009)
Unos personajes ciegos, cuya cantidad, naturaleza y ocupación varía según las versiones, ven alterada su vida con la aparición en su mundo de un ser desconocido. En unos casos no se aclara qué es hasta el final, aunque el lector lo va viendo página a página; en otros se anuncia desde el principio que se trata de un elefante. En cualquier caso, los ciegos deciden investigar ese ser nuevo y, por turnos, cada uno explora exclusivamente una parte y llega a una conclusión, que en nada se parece a la de los demás ciegos.
La historia termina de dos maneras posibles. O bien los ciegos ponen en común sus conclusiones y, con la suma de todas, averiguan la verdad del elefante; o bien cada uno se empecina en su conclusión negando las demás, por lo que ninguno sabrá cómo es un elefante, o lo que es igual, si no peor, cada uno seguirá siendo feliz tan cargado de razón como de ignorancia.
Conozco cinco álbumes ilustrados que tratan este tema, cada uno de una manera y todos especialmente originales, interesantes y hermosos. Son éstos:
Siete ratones ciegos, de Ed Young (Ekaré, 2001)
Tres ciegos y un elefante, de Claudia Rueda Gómez (Imaginarium, 2002)
En la noche, de Gita Wolf, Sirish Rao y Rathna Ramanathan (Thule, 2005)
Los seis ciegos y el elefante, de Pilar Obón y Manuel Monroy (Nostra, 2005)
La verdad del elefante, de Martin Baltscheit y Christoph Meitt (Lóguez, 2009)
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