jueves, 29 de septiembre de 2011

Lazarillo 24


La revista editada por la Asociación Española de Amigos del Libro Infantil y Juvenil, dedica este número al "teatro para niños y jóvenes en el siglo XXI". Nos ofrece la oportunidad de conocer varios aspectos de este asunto, como la evolución del género en los últimos años, algunos nombres propios y algunas obras reseñables.
Destaco tres artículos, uno de Isabel Tejerina Lobo, titulado Lectura y teatro: textos valiosos en la historia del teatro infantil y juvenil, que reflexiona sobre la lectura de este género literario, de forma tan breve como práctica; otro de Lola Lara, titulado Una década fructífera, donde reflexiona sobre lo editado y representado en estos diez años, subrayando "el cambio sustancial en la concepción del teatro para la infancia" que se ha producido, y el tercero, de Berta Muñoz, titulado Las ediciones teatrales de la última década, en el que analiza la evolución de los textos teatrales infantiles y juveniles en España. Berta Muñoz es tambén la responsable de una completa bibliografía de obras editadas en el siglo XXI, tanto de obras dramáticas como de estudios e investigación teatrales.
Y como es habitual en esta publicación, también hay espacio para una ilustradora, Rebeca Luciani, y una editorial, Oxford, y su cuidada colección El Árbol de la Lectura.

Termino con un fragmento del artículo Lola Lara que me parece interesante, porque trata un viejo tema siempre en el candelero: abordar o no en literatura infantil (en el caso de hoy, en el teatro) determinados temas.

Ése ha sido uno de los signos de crecimiento del teatro español, la irrupción de temáticas 'delicadas' en los escenarios, evitando a toda costa el calificativo de 'no aptas para los niños' con que los más inmovilistas las etiquetarían.
(...)
¿Se puede hablar a un niño de la muerte? ¿De la violencia familiar?
De nuevo es bueno citar a Suzanne Lebeau cuando dice que no hacerlo es un modo de censura "ejercida con la mejor intención, pero que tiene el efecto no deseado de construir para los niños un mundo paralelo. Un mundo de extrema derecha, en el que todos, ricos y pobres, príncipes y ardillas se frecuentan con una sonrisa".

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