AVENTURA ESPACIAL
La sompata Oriona quiere ser astronauta y siempre que puede juega a serlo.
Hoy, Oriona va a salir de la estación espacial a dar una vuelta, así que se pone el equipo especial de seguridad, que consiste en el mono azul de las chapuzas de su padre, las gafas de bucear y el tubo para respirar, la mochila de las excursiones a la sierra, el cinturón plateado de su madre, la manguera de regar las macetas de la terraza, las botas de agua, el casco rojo de montar en bici, los tapones de silicona de natación y los guantes de látex de fregar. Comprueba que todo está en perfectas condiciones y abre la escotilla.
Ya fuera, el espacio le parece inmenso y precioso, nuevo. Una medusa gigante se le acerca por la derecha y le pregunta algo, pero Oriona, con los tapones de silicona no oye nada y así se lo grita. La medusa gigante, entonces, le escribe con sus largos filamentos el mensaje. C-O-M-O-S-E-V-A-A-L-A-L-U-N-A
- ¡Ah! Eso es fácil -responde Oriona-. Tienes que esperar a que se haga de noche y, entonces, sigue todo recto. No tiene pérdida.
La medusa gigante le da las gracias y se aleja moviendo muy deprisa sus largos filamentos.
Oriona no está segura de que la haya entendido bien con el tubo de respirar en la boca, pero al verla alejarse tan decidida, supone que sí y sigue su paseo espacial.
Hoy, Oriona va a salir de la estación espacial a dar una vuelta, así que se pone el equipo especial de seguridad, que consiste en el mono azul de las chapuzas de su padre, las gafas de bucear y el tubo para respirar, la mochila de las excursiones a la sierra, el cinturón plateado de su madre, la manguera de regar las macetas de la terraza, las botas de agua, el casco rojo de montar en bici, los tapones de silicona de natación y los guantes de látex de fregar. Comprueba que todo está en perfectas condiciones y abre la escotilla.
Ya fuera, el espacio le parece inmenso y precioso, nuevo. Una medusa gigante se le acerca por la derecha y le pregunta algo, pero Oriona, con los tapones de silicona no oye nada y así se lo grita. La medusa gigante, entonces, le escribe con sus largos filamentos el mensaje. C-O-M-O-S-E-V-A-A-L-A-L-U-N-A
- ¡Ah! Eso es fácil -responde Oriona-. Tienes que esperar a que se haga de noche y, entonces, sigue todo recto. No tiene pérdida.
La medusa gigante le da las gracias y se aleja moviendo muy deprisa sus largos filamentos.
Oriona no está segura de que la haya entendido bien con el tubo de respirar en la boca, pero al verla alejarse tan decidida, supone que sí y sigue su paseo espacial.
Ahora se encuentra con un satélite artificial averiado. Sabe que está averiado porque un brazo mecánico articulado agita en el aire, o sea, en el espacio, un triángulo de averías rojo fosforito.
La astronauta llega, investiga un poco, le da un golpe seco en el capó, le hace cosquillas en el motor y hace el signo de OK con la mano derecha. El satélite se lo devuelve y se aleja desplegando sus paneles solares.
Ya es hora de regresar a la estación espacial. Oriona da media vuelta y comprueba que se ha alejado más de la cuenta. Muy despacio, avanza aferrada a la manguera, tirando de ella con cuidado para ahorrar esfuerzo, hasta que llega a la escotilla.
Una vez dentro de la estación, despresuriza el compartimento y se quita las gafas y el tubo.
- ¡Uf! Vaya mañanita que he tenido -dice cansada, pero satisfecha.
- Ya, pero la próxima vez nos turnamos para hacer de astronauta, fresca -protestan sus dos hermanos pequeños mientras guardan los disfraces en el baúl.
La astronauta llega, investiga un poco, le da un golpe seco en el capó, le hace cosquillas en el motor y hace el signo de OK con la mano derecha. El satélite se lo devuelve y se aleja desplegando sus paneles solares.
Ya es hora de regresar a la estación espacial. Oriona da media vuelta y comprueba que se ha alejado más de la cuenta. Muy despacio, avanza aferrada a la manguera, tirando de ella con cuidado para ahorrar esfuerzo, hasta que llega a la escotilla.
Una vez dentro de la estación, despresuriza el compartimento y se quita las gafas y el tubo.
- ¡Uf! Vaya mañanita que he tenido -dice cansada, pero satisfecha.
- Ya, pero la próxima vez nos turnamos para hacer de astronauta, fresca -protestan sus dos hermanos pequeños mientras guardan los disfraces en el baúl.
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