Sombras
Autora: Suzy Lee
Edición: Barbara Fiore,
2010
Hacía tiempo que quería hablar de este libro y hoy es el día.
Este álbum sin palabras
(excepto tres “¡click!” y un “¡…a cenar!”) es una maravilla, una más de esta
editorial, que tan bien acostumbrados nos tiene a libros sorprendentes,
originales y bien hechos.
En este caso, una niña enciende
la luz (primer “¡click!”) del trastero y se dispone a jugar con los objetos que
hay guardados en él. La imaginación hace el resto.
La luz crea dos mundos y la línea
de unión-separación de las páginas marca la frontera entre ellos. A la izquierda (o
arriba), el de la niña en el trastero, jugando. A la derecha (o abajo), el de
las sombras proyectadas por la niña y los objetos que, contagiados por el poder
de la imaginación, se transforman en animales, plantas y lunas. El mundo de
este lado, el de la realidad, va desapareciendo a medida que el de las sombras
cobra vida, hasta que, como es de esperar, se produce la transfusión, se rompen
los límites entre los mundos y todo es invadido por la fantasía. Es el momento
culmen y, claro, no puede durar para siempre. Una voz externa y ajena reclama a
la niña (el “¡…a cenar!”), y ella debe regresar, salir (segundo “¡click!”). El
trastero queda a oscuras. ¿Y ya está? No, el mundo de las sombras no tiene
necesidad de cenar (tercer “¡click!”).
Debo destacar la tensión
narrativa que, sin palabras, consigue Suzy Lee. Nuestra relación con la oscuridad, los monstruos y el miedo que ha
llenado tantas páginas inolvidables de la literatura, aquí se condensa al
máximo gracias a una economía de recursos asombrosa que nos hace pasar por varios registros emocionales en muy poco tiempo y nos produce un placer
lector inmenso.
El código de colores que
utiliza Suzy Lee es otra nota a
destacar en el álbum. Por un lado, los dibujos en blanco y negro sobre fondo
blanco, caracterizan el mundo de la realidad; por otro, las siluetas en negro
sobre fondo amarillo son los elegidos para el de las sombras y la fantasía en acción.
El juego con todos ellos refuerza el efecto de lo que ocurre en esta historia y
demuestra que con contados elementos puede “narrarse” una historia redonda,
perfecta, que tira de nosotros, lectores, con una fuerza extraordinaria y nos
produce un rato de felicidad (a mí es lo que me produce una historia bien contada,
un libro bien pensado y bien realizado) impagable.
Edad recomendada: desde los 3
años; pero adultos, por favor, echadle un vistazo pausado y disfrutadlo.
Imágenes tomadas de: http://loscuentosdebastian.com/sombras
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