I
Estar de mal humor
sin causa alguna,
odiar a todo bicho, o sea persona,
que respire en un radio
de seis o siete metros
(y alguno más al aire libre);
querer gritar “¡adiós!”,
“¡que os den por culo!”,
“¡os odio como a dios, como al diablo!”,
y no gritarlo, claro está,
pero sentirlo sin remedio;
sentirte más culpable
porque estos pensamientos
afloran sin esfuerzo alguno
y apuntan a dianas
tan poco sospechosas
como amigos, familia
y aquel desconocido del espejo...
II
Debo espiar
al responsable
de mis enfados repentinos.
Averiguar
por qué no soy capaz
de impedir la explosión
y su onda espantosa.
III
Remordimientos,
en el fondo del baúl
siempre cerrado,
siempre,
comprado así
y nunca abierto,
nunca,
entonces cómo,
pues eso,
remordimientos.
2 comentarios:
En ocasiones, podría identificarme 100% con la I)
Qué me vas a contar... :-))
Gracias por el comentario.
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