Es
sólo una remesa más de libros:
leeré
la mitad con interés
olvidando,
a su vez,
la
mitad de lo visto.
Podría
subsistir sin libro alguno,
acostumbrarme
a días sin matices,
pero
no me parece imprescindible
renunciar
al placer
que
a mis ojos se ofrece.
La
biblioteca esconde recetas naturales,
remedios
infalibles
ante
cualquier pronóstico real o imaginado.
No
me salva lo escrito,
me
cura lo leído.
Javier Bozalongo: La casa a oscuras (Visor, 2009)
No hay comentarios:
Publicar un comentario