Bhajju Shyam
Edición: Sexto Piso, 2013
Traducción: Carlos Mayor
El autor de este libro, Bahjju Shyam, indio de la tribu
gond, es invitado a Londres para decorar las paredes de un restaurante. Durante
dos meses, vivirá el tremendo contraste que existe entre la ciudad inglesa y su
pequeño poblado en la India, desde la primera experiencia al subir a un avión,
medio completamente desconocido para él, hasta la visita a una galería de arte,
donde lo más llamativo que encuentra es una vaca de verdad, cortada y metida en
una vitrina.
El libro alterna las vistosas ilustraciones con dos tipos de
texto: uno descriptivo, que explica la imagen (técnica, simbología...), y otro narrativo, que contiene
algún aspecto de su experiencia londinense (el metro, los pubs, el idioma, la
calle, los indigentes...); así conocemos las dos vertientes de esta historia,
la del artista y la del hombre, cómo ambos deben desenvolverse en un entorno
completamente distinto y extraño al conocido hasta entonces.
Las ilustraciones, realizadas por el propio autor, utilizan
vivos colores y representan la estética y los símbolos de la cultura gond. Y
los textos, breves y claros, expresan de manera directa, limpia y emocionante
la experiencia de un viaje inolvidable.
La presentación de Sirish Rao y Gita Wolf, quienes además son los transcriptores de la narración oral de la historia, aporta una valiosa
información sobre el autor, las circunstancias de esta aventura y la cultura
gond.
Y la edición de Sexto Piso, tan cuidada, convierte este
libro en una delicia recomendable para chicos y grandes, y para toda persona
que guste de viajar, ya por placer, ya por trabajo... Un regalo.
Dos fragmentos:
En esta pintura
reflejo el viaje en tren, pero, como el tren en sí no me interesaba para nada,
lo he hecho pequeñito. Así pensamos y pintamos los gonds: a lo importante hay
que darle más espacio. No nos interesa la realidad, únicamente cómo se piensan
las cosas, y nuestras pinturas tratan de mostrar lo que se ve gracias al poder
de la imaginación...
Casi todas las
personas con las que traté fueron amables, pero su conducta se rige por muchas
normas. Por ejemplo, no les gusta que la gente vaya a su casa. Ni siquiera que
se meta en sus conversaciones. Si alguien habla, todos los demás tienen que
guardar silencio hasta que les toque el turno. No gritan todos a la vez ni se
entrometen ni se interrumpen como nosotros...
Si pinchas aquí,
verás el vídeo donde el autor explica y anima el libro (en inglés):
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