i
Hablamos de lo que sea
cargados de razones
pero también de oídos.
ii
Quemamos los alias
en la hoguera cibernética
instalada en nuestros móviles.
iii
Miraremos a la cara,
cámara web interpuesta,
al interlocutor desvelado
y sus ojos amarillentos
no serán odiosos
sino enfermizos.
iv
Saludamos al contrincante
en plena calle, pleno bar,
y nos jugamos a los dados
quién pagará la ronda.
v
Al estrechar las manos
la transferencia de modales
será instantánea / se hará efectiva.
vi
Nos ducharemos por la noche
tras la jornada
para comprobar que sólo
desprendemos piel y algo de tiempo.
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