Cada semana, Johan R. Wilbur y Carlos Lapeña se proponen un tema, una consigna, un desafío..., a partir del cual escribirán un relato breve.
El resto de esta ocasión es muy poético: POEMA ESCRITO POR UN MURO DE HORMIGÓN A SU AMADA
Aquí van. Y recordad que están publicados en la revista digital El Globo Sonda, a la que puedes acceder pinchando aquí.
CURACIÓN
Lo
vergonzoso de nacer,
de
partirte en dos,
de
separar, tú aquí, tú allí,
a
las personas que te habitan,
de
convertirme en cicatriz
que
es a la vez herida,
horrenda
y vertical herida…
Lo
vergonzoso de vivir
esta
vida de muro,
solamente
se alivia
ocupando,
llenando el aire,
llenando
ese mismo aire
que
compartimos,
con
mi amor infinito,
mi
amor elemental, ciudad.
Mi
amor en forma de poema,
con
versos de hormigón
que
anuncian mi deseo
de
recorrer tu cuerpo todo,
de
besar tus rincones, tus espacios,
de
fundirme contigo sin remedio…
Y
el muro no será ya muro,
sino
infinitos átomos amantes.
Mi
amor en forma de explosión.
LA PIEDRA DEL ÁGUILA
Oh, querida, ¿cuándo volverás?
Cierto es que fue culpa del viento
que, unido al peso de aquel
enorme cartel propagandístico,
el cual, por cierto, mentía todo él,
te alejó de mi lado.
Sabes que no puedo ir a buscarte.
Aquí soy muy valioso.
Impido muertes día tras día,
o eso dicen.
Ahora las malas noticias.
Se oyen rumores de que
antes de acabar noviembre
caeré.
Solo espero que
antes de caer
alguien necesite
colgar un cartel,
una fotografía,
o una simple hoja de periódico.
Porque así, querida mía,
sé que tú estarás ahí
brillante, en alguna de sus esquinas.
Fuerte, radiante y plateada,
así volverás a mí
Aunque solo sea para caer juntos,
viendo unidos cómo Berlín
vuelve a estar
unido de nuevo.
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