Alguien habrá llamado,
por raro que parezca,
Carlos Edmundo de Ory,
que escribirá poesía
y por tanto dirá:
En fin tú Hölderlin inaudito rey
entre todos los poetas mendigos
Y acabará el poema:
En fin tu sol profundo hermano Hölderlin
me ayudará a calcinar las palabras
Desconozco a estos señores,
pero siento que algo tiembla
cuando pronuncio sus versos,
y se me ocurre pensar
(pensar en sueños; soñar):
Cuentan de un suabo que un día
tan pobre y mísero estaba
que sólo se sustentaba
de unos versos que escribía.
“¿Habrá otro, entre sí decía,
más pobre y triste que yo?”
Y cuando el rostro volvió,
halló la respuesta viendo
que otro suabo iba leyendo
los versos que él escribió.
Pero no lo veo claro.
Tendré que reflexionar.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario