
LA BIBLIOTECA
La sompata Telcora, amante de los libros y la lectura, fue a la biblioteca por primera vez. Tras saludar educadamente al bibliotecario, se puso a ojear las estanterías en busca de un libro interesante. Como daba vueltas y más vueltas, yendo de una sección a otra sin coger ningún libro, el bibliotecario se le acercó.
- ¿Puedo ayudarte? -le preguntó.
- No lo sé -respondió Telcora sinceramente-. Busco un cuento que sea interesante.
- Y ¿qué es para ti un cuento interesante? -quiso saber el bibliotecario.
- Pues un cuento con aventuras y algo de misterio y un poco de humor y personajes atractivos, como un señor misterioso, un animal inteligente, una niña valiente… Y que haya una gran ciudad, con altas torres y vehículos voladores, y una selva virgen y un mar infinito… Y que se descubra un tesoro enterrado y un mago haga magia y una bruja elabore un complicado potingue de poderes extraordinarios…
- ¿Y todo eso tiene que estar en el mismo cuento?
- Ah, no sé. Como es la primera vez que vengo, todavía no entiendo bien cómo funciona esto de la biblioteca… ¿Tienen un libro así?
- Muchos -afirmó el bibliotecario mientras se acercaba a una de las estanterías y elegía un libro-…y uno sólo a la vez.
La pequeña Telcora se lo quedó mirando sin decir nada.
- Sí. El libro que buscas es toda la biblioteca -dijo el bibliotecario-, y los libros que ves son los capítulos de ese gran libro, así que toma, empieza por éste. Aparecen un lobo, una niña valiente, un bosque, una abuelita y… ya me dirás.
- Gracias -respondió Telcora tomando el cuento-. Lo leeré en esa silla de ahí.
- O en la alfombra -le señaló el bibliotecario.
- Vale.
Un rato después, Telcora había leído ya tres capítulos diferentes de ese gran libro donde estaba metida y que se titulaba biblioteca.
Dibujo de una alumna del colegio Isabel la Católica, de Pinto.
- ¿Puedo ayudarte? -le preguntó.
- No lo sé -respondió Telcora sinceramente-. Busco un cuento que sea interesante.
- Y ¿qué es para ti un cuento interesante? -quiso saber el bibliotecario.
- Pues un cuento con aventuras y algo de misterio y un poco de humor y personajes atractivos, como un señor misterioso, un animal inteligente, una niña valiente… Y que haya una gran ciudad, con altas torres y vehículos voladores, y una selva virgen y un mar infinito… Y que se descubra un tesoro enterrado y un mago haga magia y una bruja elabore un complicado potingue de poderes extraordinarios…
- ¿Y todo eso tiene que estar en el mismo cuento?
- Ah, no sé. Como es la primera vez que vengo, todavía no entiendo bien cómo funciona esto de la biblioteca… ¿Tienen un libro así?
- Muchos -afirmó el bibliotecario mientras se acercaba a una de las estanterías y elegía un libro-…y uno sólo a la vez.
La pequeña Telcora se lo quedó mirando sin decir nada.
- Sí. El libro que buscas es toda la biblioteca -dijo el bibliotecario-, y los libros que ves son los capítulos de ese gran libro, así que toma, empieza por éste. Aparecen un lobo, una niña valiente, un bosque, una abuelita y… ya me dirás.
- Gracias -respondió Telcora tomando el cuento-. Lo leeré en esa silla de ahí.
- O en la alfombra -le señaló el bibliotecario.
- Vale.
Un rato después, Telcora había leído ya tres capítulos diferentes de ese gran libro donde estaba metida y que se titulaba biblioteca.
Dibujo de una alumna del colegio Isabel la Católica, de Pinto.

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