viernes, 17 de septiembre de 2010

Rodríguez Jiménez Gómez

Contaminación, contradicción, dominación, imposición, imprevisión, improvisación, intrusión… Mi vecina Felicidad, Feli, me soltó esa larga enumeración sin compasión en el salón ante la televisión. Tras el homeoteleuton, me explicó el asunto. “Parecía que Zapatero, como buen culé, había decidido dar cancha a la cantera para consolidar un proyecto a largo plazo en Madrid -decía Feli-; pero no, ha terminado por comportarse como un directivo madridista más y prefiere buscar el éxito inmediato con el fichaje estrella, aun a riesgo de darse el batacazo él, el proyecto y la estrella”.
Me hizo reír esa ocurrencia suya y me sumé a la idea añadiendo que podíamos regalarles una equipación completa de la selección española, con siete estrellitas sobre el escudo, a ver si así se sentían un equipo y unían esfuerzos en lugar de puñaladas traperas para desbancar a la indesbancable Aguirre.
Le pareció bien, pero insistió en que ella estaba con Gómez más que con Jiménez, “porque Tomás se ha ganado todo el derecho del mundo a ser el que pierda las elecciones, caramba; lleva trabajando para eso tres años, haciéndolo fatal, vale, pero se merece un escaño en la Asamblea y, desde él, seguir dando leña otros cuatro años dejándose, entonces sí, de tonterías y aprovechando el trabajo y las ideas de tanta gente valiosa como hay ahí, ay, para desbancar a la indesbancable Aguirre”.
Casi se asfixia Feli con la retahíla y casi no la entiendo. Pero finalmente me aclara: “No estoy en contra de primarias; estoy en contra de cómo se han hecho las cosas... y de cómo se están haciendo, porque se mezclan churras con merinas, y a un proceso que es interno se le da interés nacional, de tal forma que nos han metido en campaña unipartidista un año antes de lo previsto. ¿Son tontos de remate o unos listos del copón? Manipulación, perturbación, precipitación, presión, rectificación, traición…”

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