jueves, 11 de agosto de 2011

Libro de los errores


¡Mi papá es genial!
Barcelona: Blume, 2009



Es un ejemplo claro de falta de rigor y de seriedad en la elaboración de una historia.
Los hijos de diversos animales presumen de lo que saben hacer sus padres. Son habilidades reales; es decir, a pesar de que todos los animales de la historia están humanizados, las habilidades que exhiben son animales y los lectores las reconocemos en esos animales en la realidad.
Solo el pequeño cocodrilo está preocupado porque su padre no hace nada de lo que hacen los demás. Al final resulta que el papá cocodrilo ¡es quien enseña al resto! O sea, que todos los animales del álbum destacan por alguna de sus cualidades propias, excepto el cocodrilo, que nos desvela una cualidad completamente ajena a su naturaleza y que lo convierte en el maestro de todos, en el más humano de todos. ¡Toma castaña!
Puede ser una historia divertida, desde luego; como se lee en la pegatina de la cubierta, “una bonita y divertida historia de papás y niños”,vale, pero no me parece ni honesta, ni rigurosa, ni, por supuesto, bien elaborada. Es, por el contrario, bastante tramposa, porque no utiliza las mismas herramientas para todos los personajes, altera las posibilidades del mundo que recrea en función de una idea que, por otro lado, ofrece una lectura bastante inquietante: mi papá es el mejor, uf, qué alivio, y a los demás que les den. Vamos, que bien podría llevar el patrocinio de una entidad financiera, ¿recordáis?

Lo mejor, el mapa de las guardas, sin duda.


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