martes, 27 de diciembre de 2011

Informe policial


Me duele la pierna, joder cómo me duele. A ver si la enfermera me pone algún calmante que me quite este maldito dolor, pero sin dormirme. No creo que sea tan difícil. Necesito estar despierto para escribir el puto informe ahora que lo tengo todo fresco... Los detalles son importantes, dice el inspector… ¿Y mi cuaderno?, ¿y mi boli? Aquí están…


Portada del nº 2 del
 Corrillo de Diletantes,
realizada por Carlos Gonçalves

 Noche tras noche,
dentro de un coche
no es un derroche.
Tanto fantoche
a troche y moche
no respeta a nadie,
tiempos de barbarie.

Para informar no sé si valdrá, pero se me ha ocurrido y no puedo dejar pasar de largo a la inspiración. No está mal, aunque los dos versos finales tienen una sílaba más y rima asonante. No sé, bueno ya lo pensaré después… Después… Por qué no habré nacido después, joder, qué lástima, coño, cómo me lo habría pasado con tiempo de sobra y mucha más fuerza, ya te digo, agilidad, un máquina, sin duda. Y a pesar de todo me aceptan, me he hecho con su respeto… A ver así…

Llegamos al descampado en coche camuflado, con mucho cuidado, pero la presa había volado.
Qué ha pasado, por qué no los hemos atrapado.
Una vez más nos han evitado, nos han esquivado, nos la han pegado, y nos hemos quedado como auténticos pasmados, atontados, ridiculizados.
Los han avisado, alguien se ha chivado, uno de nosotros es un infiltrado, está demostrado y vamos a encontrarlo.
Saldrá escarmentado. Acabará muerto, muerto y enterrado.

No sé, la verdad, cómo es mejor, si todo seguido o partido en versos, pero es que los versos son tan difíciles… Ay, si me oyeran hablar de versos, sílabas y dificultades. Me dirían, de qué vas, tío, escribe lo que te salga de los cojones y déjate de versos, escríbelo y rapéalo, sólo rapeándolo puedes saber si mola o raya. Tendrán razón, posiblemente…

En el lugar solo quedaban
botes Felton y Montana,
los habituales, aunque de baratos, nada.
Bolsas usadas
y botellas gastadas,
bebidas y meadas
entre los escombros, las matas y las ratas.

Así, como me salga, ¿no?, sin problema, ya lo ves… Me podía haber matado con el skate y entonces pocas vueltas podría dar a nada. Debo aprovechar el tiempo…

Y en la pared del fondo, la pintada,
la firma y el graffiti, vaya pieza,
es una buena pieza, es un piezón,
de abajo arriba la pared barrida
con el nombre de pila del artista,
y su firma trazada non stop.
Qué bueno es, qué bueno, el muy cabrón.

Cómo me gustan los endecasílabos, joder, si hasta Góngora se puede rapear como el mejor Nach,

Era del año la estación florida
en que el mentido robador de Europa
-media luna las armas de su frente,
y el Sol todos los rayos de su pelo-,
luciente honor del cielo,
en campos de zafiro pace estrellas…

Ya te digo. También nosotros -soy uno de ellos, sí- poblamos nuestros campos de zafiro con estrellas de colores, no hay uno sólo que se nos escape. La ciudad está llena de paredes y solares donde demostrar lo que sabemos hacer… Lo que seguiremos haciendo a pesar de los esfuerzos inútiles de la policía…

Hay que reconocer que lo saben hacer.
Lo vemos hoy y ayer, y mañana lo veréis.
Tienen poder, saben joder, y no existe pared
que no pueda ser pintada una y otra vez.
Y además saben correr,
imposible sorprender-los,
no puedes coger-los,
nadie va a meter-los…
entre los barrotes de una celda.
¿Prisioneros de Zelda? ¡Ja! ¡Y una mierda!

Una mierda, eso es… Siempre existirá una Suburbia donde habitar… Ya están ahí. A ver qué les digo… Bueno, a ver qué me dicen ellos. Creo que ha llegado el momento de dejarnos de tontería y fingimientos. Si me chivé fue porque creo realmente en esto… He nacido para esto… La auténtica traición habría sido no avisarlos de la redada, joder. Pero esto me lo callo, que tonto no soy.

Oye mis quejas, tú, inspector,
perdemos la batalla con rubor,
no somos capaces de hacerlo mejor,
así que con dolor, tanto como valor,
te aclaro la cuestión:
la mejor solución,
la sabia decisión
es unirse a ellos,
sí, unirse a ellos,
como acabo de hacer yo.
¡Ha!

No me echan. Soy yo quien deja el cuerpo, definitivamente, que les den por culo a sus normas y a sus sanciones. Tengo cincuenta y cinco años, joder, más de treinta de servicio, ya es hora de darme un capricho, ¿no? Así que aquí tenéis el puto informe. Y mi uniforme. ¿Conforme?


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