Luis Fernando de Julián: El estómago de la
ballena. ASSITEJ, 2018.
Esta obra de teatro
juvenil nos muestra a tres personajes, tres mujeres, tres generaciones, Abuela
Carmen, madre y Lucía-hija-nieta, que se buscan y encuentran.
Madre y Lucía van a
visitar a la Abuela Carmen, que vive en una playa, inaccesible para el resto de
las personas, porque no hay camino que lleve a ella. La playa resulta ser una
isla flotante hecha de plásticos, cantidades ingentes de plásticos que, como un
Sísifo moderno, las mujeres se dedican a recoger una y otra vez. Además, la
abuela espera con paciencia infinita la aparición de una ballena, o mejor, de la
ballena, que tiene el estómago lleno también de plástico que es necesario
sacarle, para que no muera.
La abuela cuenta la
espera a la nieta. La nieta atiende a la espera con la abuela. La madre no está
para esas fantasías y centra su atención en el traslado de la abuela a una
residencia... Así, en una atmósfera onírica, donde se superponen la preocupación
medioambiental y la duda de la memoria, donde no deja de oírse el sonido del
mar y en ocasiones el canto de las ballenas, donde no sabemos con certeza lo
que es imaginado y real, las tres mujeres alcanzan un momento común de
encuentro.
Es una obra hermosa y
poética, que juega con la postergación como herramienta para la tensión, y
ofrece varios planos de lectura que nos pone en contacto con la sociedad y con
nosotros mismos, con el paso del tiempo, la vejez, la quimera...
Es de agradecer, muy
valioso, que haya quien escriba sobre estos temas y de esta manera, pensando en
los lectores jóvenes. Gran teatro para ser leído y disfrutado.
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