El vaso con el agua
que te has dejado,
tiene el borde teñido
con tu carmín.
Sobre este asunto bien podría
dar varias vueltas el poema...
Sobre beber
el agua y anegarse,
sobre la purificación...,
o todo lo contrario:
la pureza per se,
el acto de renuncia,
o dejar huella.
Podría dar mil vueltas
sobre ello este poema,
pero no es necesario
pues sólo con nombrarlo
inventa el tema
y lo termina.
(Después, lo lavo con la esponja
suavísima del baño,
en vez de condenarlo a muerte
en el lavavajillas)
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