domingo, 11 de noviembre de 2012

Cuento


Aquel microscopio era potentísimo. En el portaobjetos puse una mota de polvo. Me aproximé a ella, la penetré, distinguí sus trazas y moléculas, llegué hasta el átomo, me acerqué al núcleo, en su interior una galaxia de la cual un sistema solar en cuya estrella me adentré para distinguir gases con formas y volúmenes hasta llegar a uno que cobró solidez. Era un científico volcado sobre un microscopio en un laboratorio semejante al mío. Detuve el avance. El tipo alzó la cabeza y se giró... Eso supongo, porque yo también había alzado la cabeza para girarla y mirar… 


No hay comentarios: