domingo, 18 de noviembre de 2012

III Festival Solidario Javier Lapeña


Fotos de Antonio Gª Baños
El año pasado estuvimos en Anantapur, al sur de la India, donde la Fundación Vicente Ferrer realiza su trabajo. Este año nos hemos quedado en Pinto, donde realiza su trabajo social Cáritas, confederación caritativa católica a quien irá destinada la aportación del III Festival Benéfico Javier Lapeña. Tan lejos y tan cerca, la necesidad, la solidaridad…
En este momento que atravesamos es difícil, más que nunca, estarse quieto y callado. La dramática situación que vivimos hace difícil no gritar, no criticar, no insultar, no actuar. Cuando la sensación de haber sido estafados es más fuerte, cuando vemos que muchas de las cosas conseguidas durante años, décadas, se tambalean y se pierden, que derechos tan necesarios como el del trabajo son escamoteados a una de cada cuatro personas; cuando necesidades tan básicas como la vivienda o la alimentación sumen en la desesperación y la indefensión a tantísimas familias; cuando vemos revolotear sobre nuestras cabezas miles de millones de euros, sin que ninguno se pose sobre nosotros, sino sobre entidades… cuando se rescatan entidades y no personas… Cuando ocurre todo esto, es difícil estarse quieto y callar, pero también es necesario pensar en la salida, desearla con todas nuestras fuerzas, confiar en que también esta vez saldremos de esta.
Parece que un problema de dimensiones tan grandes como es esta crisis, nos revela la necesidad de soluciones pequeñas. Mientras los altos políticos y economistas hablan de deuda, negocian rescates, calculan pros y contras supranacionales, como si fueran asuntos de otra dimensión, complejos y de lento desarrollo, y fuera, por supuesto, de nuestro alcance intelectual, mientas ocurre eso por encima de nosotros, hay personas que ayudan a personas ya, inmediatamente, aquí y ahora, sin perdida de tiempo. Cuando la supervivencia de las personas está en juego, el tiempo es un lujo y son las pequeñas acciones, las más cercanas, las que consiguen ayudar más efectivamente. La familia, los vecinos, los amigos, las asociaciones, el municipio, son capaces de ofrecer soluciones, quizá pequeñas, pero vitales, importantísimas, a problemas concretos que sufren personas concretas.
Todas las personas reunidas en el teatro Francisco Rabal de Pinto el sábado 3 de noviembre, realizamos una de esas acciones. Y la “entidad” beneficiaria de nuestro gesto es una de esas entidades que dignifica la palabra “entidad”, porque es muy concreta y realiza una labor tangible, tanto que salva vidas.
Esa tarde tratamos de aportar un granito más de arena al montón de arena de la solidaridad. Y lo hicimos por medio de la música y la palabra, con amigos generosos que se han prestado gustosos a colaborar, empleando parte de su tiempo y su esfuerzo, para mantener viva esta cita. Gracias a Crea Música y Arte, a Buachail Banda, a The Squirting Pussy Band, a Rigodón, a Luis y a Chus, y al Ayuntamiento de Pinto. Y gracias a quienes decidieron asistir esa tarde y a quienes sin asistir hicieron su donativo. Vosotros, todos, sois el eslabón más fuerte de la cadena, los imprescindibles.


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