Un grupo de personas, un colectivo que cree en la
posibilidad de utilizar otras formas de intercambio de productos y servicios,
sin dinero por medio, sin ánimo de lucro, con buena voluntad, compromiso y honestidad,
que lleva trabajando en ese sentido más de un año y que se denomina Red de Trueque Parla, amplía su campo de actuación con la creación del Banco del Tiempo.
La
idea es aparentemente sencilla. Consiste en intercambiar tiempo entre sus
usuarios para dedicárselo a servicios o actividades concretas y puntuales. La “moneda” que se utiliza es la hora,
independientemente del servicio que se ofrezca o se demande, horas de nuestro
tiempo para cubrir necesidades de diferente signo de forma profesional y
rigurosa, pero también humana y solidaria; horas de nuestro tiempo también para ofrecer nuestros
servicios a personas que los solicitan, porque al inscribirse en el Banco del
Tiempo se adquiere el compromiso de ofrecer y recibir, de mantener un equilibrio
entre esas dos opciones, un equilibrio sustentado sobre tres pilares: la
confianza, la reciprocidad y la solidaridad.
Decía que es una idea aparentemente sencilla porque realmente es
compleja, hay muchas cuestiones que pensar, muchos detalles que analizar y
muchas decisiones que tomar, desde diseñar la aplicación informática que gestione las cuentas de tiempo y sus titulares,
hasta conocer los obstáculos que ha superado la iniciativa en otros municipios,
pasando por la limitación o no de horas para un servicio, o la idea de
reciprocidad. El camino elegido para trabajar en ello son las asambleas, la
horizontalidad, las reuniones periódicas de usuarios, cuyas decisiones son vinculantes.
Las personas interesadas pueden contactar con Red de
Trueque Parla a través de su correo electrónico (redetruequeparla@gmail.com),
o su web (http://redetrueque.org).
Contar con un Banco del Tiempo es saber que existe otro
modo de relacionarnos.
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