Otros dos poemas de la serie El ocaso, publicados en la revista El Globo Sonda.
POR
DETRÁS
El
atracador llegó por detrás,
por
donde llega el aliento siempre
del
causante del desastre.
El
escalofrío fue después,
tras
la disputa,
y
no fue tal, sino estremecimiento
lleno
de una humedad
de
puñalada.
DUDA
Le
miré a los ojos…
Lo
miré a los ojos.
La
duda la puse yo,
él
se limitó a sonreír
mientras
fingía elegir el botín
de
mi cartera mi móvil mi reloj.
Digo
“fingía” porque en realidad
ya
había elegido antes.
Yo
era el elegido…
Lo elegido era yo.
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