martes, 19 de marzo de 2013
Invitación al sueño (un poema infantil)
La sombra de la puerta es afilada
como un cuchillo,
apunta hacia la sombra de la mesa,
la alcanza y la traspasa
muy limpiamente.
No hay sangre ni lamento.
La sombra de la mesa
se alarga hasta el armario,
le devora los pies y dos cajones
y se hunde en la rendija de las puertas
hasta mañana.
No hay ni un grito, ni un llanto.
La sombra de mi cama
se riza, encrespa,
con la luz del pasillo;
se convierte en un mar enfurecido
sobre el que intento
permanecer a flote
y navegar.
El viento hace saltar gotas saladas
hasta mi cara.
Se acerca una tormenta,
debo arriar velas
y amarrarme al timón.
Será duro, muy duro,
pero lo lograremos, ya lo creo,
con los ojos cerrados.
Poema publicado en la actualización de febrero de la revista en línea El Globo Sonda.
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