El número 104 de la revista Peonza está dedicado a
los escenarios fantásticos. Cinco autores y cinco ilustradores hablan sobre el
tratamiento que dan a los espacios en sus obras y resulta muy interesante
conocer sus opiniones al respecto, sobre todo si conocemos sus obras. Los
escritores son: Joan Manuel Gisbert, Xosé A. Neira, Juan Cruz Igerabide,
Ricardo Gómez y Diego Gutiérrez del Valle; los ilustradores son: Miguel
Calatayud, Xosé Cobas, María Hergueta, Esperanza León y Javier Olivares.
Tarea complicada destacar un texto significativo,
porque todos lo son; sin embargo, por la proximidad que da el gusto por un
determinado tipo de literatura fantástica, reproduzco un fragmento de Joan Manuel Gisbert.
Un escenario narrativo, y más si pertenece al ámbito fantástico, ha de ser un espacio que trascienda la condición de entorno o decorado funcional, de ambiente solo referencial, para ser un generador de hechos, sensaciones, efectos, imágenes y, sobre todo, un elemento activo en la evolución y transformación de los personajes.(...) tengo en mucha mayor consideración, y me resultan más estimulantes, los escenarios fantásticos que son causa o consecuencia de una transformación de la realidad, en el más amplio de los sentidos posibles, que aquellos que se desarrollan en una plena irrealidad, o se mueven en escenarios quiméricos, o dan rienda suelta a ilusorias fantasías o a mundos paralelos imposibles.Considero que la verdadera función de la fantástica, o por o menos la más alta y primordial, es la de extender y ampliar los campos de la realidad, la experiencia y el conocimiento, con los medios y las posibilidades de cada una de las artes narrativas. Y sus escenarios han de ser fértiles matrices que contribuyan a hacerlo posible.
Y de los ilustradores, escojo este fragmento de Esperanza León, que me parece muy sugerente para entender "el otro lado" de la creación de espacios.
Un texto, una historia, crea una atmósfera en la mente y, desde esa sugestión, el dibujo planea abrirse camino por una geografía desconocida, un lugar donde los límites de la realidad se desvanecen para entrar en otro donde todo es posible. (...) El lenguaje visual y los materiales elegidos para la narración han de ser acordes con el sentimiento que los motiva, lugares para albergar vivencias, sueños o pesadillas. Crear un espacio en el cual los personajes que han de habitar la historia estén íntimamente ligados a su paisaje. Ese contexto, tejido, o telón de fondo, es a mi modo de ver el auténtico lugar de incubación de la historia, porque "como en la vida misma", el lugar geográfico, el momento histórico, y las circunstancias en las que han de desenvolverse, dejarán hondas huellas en sus biografías.Además, es un placer para los ojos contemplar las inquietantes ilustraciones de Beatriz Martín Vidal que pueblan la revista, además de leer la entrevista que le hace Javier Sobrino.
Y la sección de cómic, dedicada en esta ocasión a
los pintores y la pintura en este género.
Sin desperdicio, la revista Peonza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario