jueves, 16 de mayo de 2013

Podría ser un cuento


Dos clases de primero de primaria, niños de 6 y 7 años, visitan la biblioteca municipal.
Antes de empezar con los cuentos que amenizarán la sesión, el bibliotecario les habla de la biblioteca y, llegado un momento, pregunta por cosas que se pueden hacer en ella. Las respuestas no se hacen esperar.
- Leer.
- Estudiar.
- Estar en silencio.
- Aprender a leer.
- Dibujar.
- Llevarte cuentos a casa.
Uno de los niños, la mano levantada en espera de que el bibliotecario lo señale y dé permiso para intervenir, dice por fin:
- Leer en la mente.
- ¿Leer en la mente? -se extraña el bibliotecario-. ¿Tú sabes leer en la mente?
- Sí.
- ¿En la tuya o en la de los demás?
- En la mía -aclara el chico cargado de razón.
- ¿Alguien más sabe leer en la mente? -pregunta el bibliotecario al grupo.
Varios niños y niñas levantan la mano y asienten, orgullosos.
El bibliotecario trata de entender el verdadero sentido de la frase, del superpoder, y finalmente lo consigue.
- Os referís a leer en silencio, sin mover los labios, ¿verdad?
Los niños asienten. Algunos sonríen. El bibliotecario suspira y ríe también, entre aliviado y emocionado.
Leer en la mente, joder, hablar así del acto de leer sí que es mágico.


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