Los días 5, 6 y 7 de junio se celebró en la biblioteca municipal Eugenio Trías de Madrid (nueva y estupenda biblioteca albergada en la antigua Casa de Fieras del Retiro) un encuentro profesional en el que se habló de la actualidad y el futuro de la lectura, el libro y la biblioteca. Participaron algunas personalidades del mundillo (o mundazo), que nos ofrecieron visiones diversas, algunas curiosas, otras inquietantes. Pudimos escuchar a José Antonio Marina (de sobra conocido, ¿verdad?), Antonio Basanta (FGSR), Manuel Gil (Siruela), José Antonio Millán (lingüista, escritor y experto en e-loquesea), Joaquín Rodríguez (Universidad de Salamanca y mil cosas más), entre otros (la representación femenina fue sobre todo bibliotecaria y ministerial, qué cosas).
Quiero compartir con mis visitantes algunas de las perlas, blancas y negras, que pude anotar durante el encuentro.
José Antonio Marina habló de su libro La magia de leer y, a partir de él, dejó dicho o siguiente:
- Sin lectura no hay democracia perfecta, porque no hay pensamiento crítico.
- Es necesario salir de educación primaria con el dominio de la técnica lectora.
- Hay que leer por placer y sin placer. Hay que leer, como hay que sumar o estudiar historia.
- Eslogan cuya fuente no recogí: "un burro conectado a internet sigue siendo un burro".
- Una persona sin cultura es una persona primitiva y se deja llevar por lo inmediato, porque carece de recursos que la liberen de la superficialidad y la simplificación.
- Hay que motivar para leer y, por tanto, hay que orientar el esfuerzo hacia las tres motivaciones básicas que nos mueven en la vida: pasarlo bien, sentirnos vinculados sentimentalmente a alguien y la necesidad de sentir que somos significativos y progresamos.
Antonio Basanta, director de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, tuvo que "sufrir" la intervención de miembros de la Plataforma contra el Préstamo de Pago en Bibliotecas, que intervinieron con carteles en contra del cierre de las bibliotecas de la Fundación en Salamanca. Aquí tenéis las fotos. Tras los aplausos de buena parte del público, Basanta habló sobre el nuevo paradigma lector.
- Citó, para empezar, el mito de la boda de Cadmo y Harmonía sobre la aparición del primer alfabeto, y a partir de ahí expuso cambios necesarios en el mundo de la lectura.
- Hay que vencer la resistencia al cambio.
- Cambiar el individualismo por el equipo.
- Frente a la desconfianza y la confrontación, la sinergia y la cadena.
- Hay que buscar nuevos caminos, aprovechar los errores y las crisis.
- Las bibliotecas deben estar presentes en el torrente infinito de información, serán proyectos intramuros de servicios y programas con los lectores fuera.
- Las bibliotecas deben orientarse al lector, no al libro.
- Formación permanente.
- Dimensión múltiple de la lectura: observar, interpretar, comprender, valorar, transformar, asimilar y compartir.
De nuevo sacó a colación el ejemplo del gran cerebro con 56 zonas lumínicas, expuesto en el museo de Ciencias Naturales de Londres, de las cuales se iluminaban: 36 zonas al escuchar música, 5 al ver televisión y... (pausa dramática, no sé si más o menos dramática al haber escuchado el ejemplo más veces) todas al leer.
José Antonio Millán habló de nuevos creadores y nuevos lectores. Fue divertido porque utilizó como ejemplo conductor el caso de Laura Gallego García, autora transmedia, es decir que publica su obra en diferentes formatos (libro, cómic, juegos de mesa...) y mantiene contacto activo con sus lectores a través de la red, todo lo cual ha provocado la aparición de un nuevo tipo de lector-fan: el prosumidor, fusión de consumidor y productor. Los lectores, que preguntan, opinan, participan en encuestas y votaciones sobre asuntos relacionados con las obras de la autora, pasan a ser creativos y producen nuevas obras: continúan sagas, desarrollan escenas omitidas por la escritora... La comunidad lectora se adueña de la obra y el autor no puede ya controlarlo.
Millán también puso algún ejemplo de mala obra transmedia, como Mass Effect, de William C. Dietz, creación industrial con errores y todo pre-fabricado, y del aprovechamiento del fenómeno fan, industrializándolo y haciéndolo lucrativo, como la plataforma de Amazon Kindle Virtual Worlds, para crear historias a partir de mundos ya existentes, de forma legal (por ejemplo, a partir de Crónicas vampíricas).
Joaquín Rodríguez, de la universidad de Salamanca y colaborador en mil proyectos relacionados con la industria del libro, habló del nuevo paradigma del libro y presentó un panorama bastante negro para la actual industria. Algunas perlas negras:
- La cadena del libro está bajo el Síndrome del Cid Campeador: prolongar todo lo posible algo que ya está muerto, hasta que se pare o podamos dar una solución que no nos excluya.
- Hacen falta nuevas preguntas ante la nueva cadena del libro que se ha formado. Por ejemplo, no sirve de nada ya preguntarse "¿cómo puedo parar el avance de internet?", sino "¿qué valor puedo aportar a la nueva cadena?"
- Habrá diferentes agentes del libro que ocuparán diferentes lugares en la cadena.
- Los editores que sobrevivan serán desplazados del centro del campo editorial por la autoedición y la microedición.
- Los libreros generalistas desaparecerán.
- Los distribuidores desaparecerán.
- Los pequeños sellos editoriales desaparecerán.
- Produciremos sólo contenidos intangibles.
- Sólo se salvarán quienes sumen fuerzas en sentido más transversal que el de los gremios tradicionales.
- Los libros en papel serán un contenido residual del ecosistema cultural digital.
- La promoción se basará en el uso de las redes sociales.
- La propiedad intelectual será distinta. El autor es dueño absoluto del contenido y puede decidir completamente sobre él.
- Hay que generar masa crítica (número fiel de usuarios) para aumentar la presencia y el impacto.
Se citó varias veces el artículo de Manuel Castells en La Vanguardia, Internetfobia, que podéis leer aquí.
Además, se habló de e-books, de aplicaciones para el préstamo en bibliotecas, de la posibilidad de vender libros en las bibliotecas... En fin, fueron tres jornadas muy interesantes.
Y esto es todo, que no es poco, ¿verdad?
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