Acostado, intentando convencer al sueño, acabo recordando la película de terror que he visto hace un rato. Soy consciente de la situación, soy adulto y racional, pero no pienso abrir los ojos, no, y espero con el embozo hasta la barbilla el hachazo fatal sobre mi cuello.
Por la mañana, una parte de mí no quiere despertar y la otra no desea otra cosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario