Cada día que pasa nos acercamos más a la luz del final del túnel. Eso
dicen desde el gobierno. Y uno sale a la calle con la decisión de quien ha
sobrevivido al Apocalipsis una vez más, pero no damos dos pasos cuando la luz
esa se revela simple lámpara en el interior del túnel interminable, nacida ahí
por efecto de las reaccionarias medidas anticrisis, con el fin de mostrarnos
con toda nitidez la miseria en que nos movemos desde hace ya demasiado tiempo.
La pobreza crece entre nosotros y, concretamente en Parla, aumenta la población
en riesgo de exclusión. Me lo comenta una profesora amiga del IES Humanejos. La
evidente malnutrición de algunos alumnos ha provocado la movilización de un
grupo de profesores, quienes han creado un Fondo Solidario para garantizar al
menos un bocadillo para aquellos alumnos que no desayunan en casa. La
iniciativa ha sido secundada también por alumnos y está abierta a quienes
quieran colaborar desde fuera. En el momento de la redacción de este artículo,
están recabando datos para difundirlos entre los demás centros educativos,
porque es imprescindible denunciar la situación y actuar en consecuencia. Es un
problema económico muy grave que afecta a otros aspectos de la vida de los
jóvenes, como el acceso al material escolar y al transporte, y se manifiesta en
el aumento del absentismo y el abandono, principalmente en Formación
Profesional, donde hay alumnos que vienen de otros municipios. Los servicios
municipales no dan abasto y los retrasos en las citas agravan el riesgo de
exclusión. Así que debemos actuar, anticiparnos, porque el final del túnel no
puede ser una cloaca, ni un gueto.
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