En 1996, tras un viaje a Atenas, escribí el siguiente poema. Ahora, tantos años después, lo recupero e introduzco algunos cambios. Aquí muestro las dos versiones.
Versión 1996
El
viento no se lleva nada,
solamente
agita el cabello
de
la mujer de piedra
que
en lo alto del fuerte
vigila
inmóvil la ciudad;
parece
guardarla del viento
que
la ha elegido a ella.
Muestra
así su fuerza invisible
que
más tarde será la lluvia
y,
entonces sí, las lágrimas
se
llevarán el rostro.
Versión febrero 2014
El
viento no se lleva nada,
pero
agita el cabello
de
la mujer de piedra
que
en lo alto de la fortaleza
vigila
la ciudad.
Parece
guardarla del viento
que
la ha elegido a ella.
Muestra
así su fuerza invisible
que
más tarde será la lluvia
y,
entonces sí, las lágrimas
se llevarán el rostro.
se llevarán el rostro.
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