PODER EN PERSPECTIVA
Las llamas que devoraban el bosque ya eran visibles desde el
pueblo. Algunos vecinos cargaban los coches con enseres y recuerdos dispuestos
a abandonar sus casas. Ella, no; ella estaba fascinada por la enorme lengua
ardiente que avanzaba incontenible. Absorta ante la ventana de la cocina, era
incapaz de desviar la mirada del espectáculo devastador. Ya podía sentir el
calor del fuego y eso le dio sed.
- Qué curioso -murmuró entornando un ojo y acercando a él
los dedos pulgar e índice de una mano hasta abarcar el incendio-, a esta
distancia parece una simple fogata que podría sofocar utilizando mi poder de
gigante.
Y alzó el vaso con agua y fue derramando el líquido sobre
las llamas del incendio como si estuviesen allí mismo.
La lluvia repentina y torrencial las apagó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario