lunes, 28 de diciembre de 2015

La visión del ritmo


Delgado fue hasta su biblioteca, sacó una antigua edición de Eugenia Grandet y me la puso en las manos. Me pidió que la abriera y buscara, en cualquier página, calles verticales o diagonales, dibujadas por las separaciones entre palabras. En efecto, descubrí largas calles que se prolongaban de línea en línea, cruzaban los párrafos, en ocasiones se interrumpían y retomaban un trayecto diagonal, de derecha a izquierda, de izquierda a derecha, o en caída libre.
- Un escritor sin ritmo en el fraseo no puede lograr eso. Si estropea la lengua con dos o tres palabras mayores de cuatro sílabas, en una sola frase, necesariamente romperá la calle y, desde luego, también el ritmo. Usted las busca en la página y no las encuentra. Una torpe edición, con una caja demasiado chica o demasiado ancha, violentará también esas figuras que el ojo contempla, digamos, en secreto.


Carlos María Domínguez: La casa de papel (Mondadori, 2007)



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