jueves, 6 de agosto de 2009

Interior


Está callado el libro
sobre la mesa
y la mano acaricia
su letra muerta.
Los ojos van bebiendo
luz de la sierra
con el vuelo del ave
que los aleja.
¡Qué silencio amoroso
de vena suelta,
de vida imaginaria,
de luz a vela!
El libro está callado
con su promesa.


Dionisio Ridruejo

No hay comentarios: