DECLARACIÓN
No puedo prometerte apenas nada,
ni siquiera acercarte aquí la luna,
tampoco amor constante más allá
de la muerte, pues sabe que no creo.
No podré -y lo lamento- realizar
las preciosas hazañas anheladas,
ni tan siquiera darte los placeres
que esperas alcanzar, completamente
-aunque esto, te aseguro, intentaré-,
y tampoco, me temo, la atención
permanente que todo amor merece.
Sólo puedo ofrecerte que me ofrezco
-ciego y loco, eso sí-, Eros a ratos.

No hay comentarios:
Publicar un comentario