Uno de los dos poemas míos incluidos en la obra colectiva 44 mundos a deshoras (Adeshoras, 2013)
AQUÍ ME TIENES
No ser rico a los veinte,
pero sí comunista
a los treinta, escribir
poemas entre canas, a tus años,
creyendo que has llegado
a cierta madurez
y huyendo, en realidad, de una palpable
-vas tan despacio, caracol-
invisibilidad,
de sentirte un obstáculo en pendiente
que puede superarse
sin gran esfuerzo,
-míranos,
aptos y tan jóvenes-.
Cumplir, ay, los cincuenta, qué dolor,
y querer ser feliz
con tu familia y tus amigos,
con un trabajo no muy vil ni odioso
y algo de tiempo
y algo de ganas
para inventar, maldita sea,
alguna cosa interesante,
ahora sí que sí.
Decirte que el camino secundario
es buena carretera hacia el parnaso;
creerte tus palabras
e intentarlo de nuevo, viejo virgen
ajeno a los pronósticos.
Pensar que así
tu sitio en este mundo
tendrá tu nombre impreso en la etiqueta,
incluso que vendrá con un folleto
donde se explicará
cómo
funciona
y en qué postura estar mucho más cómodo.
Creer, sencillamente,
que existe ese lugar,
y que es posible
estar a tiempo y no a deshoras,
y que tarde o temprano
-más
tarde que temprano-
lo lograrás.
Así
que aquí
me tienes,
besándote en el cuello
y viendo a nuestra hija dibujar
un mundo de colores
y cantar que Don Gato sigue estando.
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