domingo, 3 de julio de 2016

Cuando leáis esto


Cuando leáis este artículo ya habremos votado y, con ello, habremos propiciado un nuevo gobierno... o uno viejo, quién sabe. Estoy seguro de que esta doble cita con las urnas se estudiará en más de una facultad de ciencias políticas o, cuando menos, en varios seminarios especializados. Por ejemplo, se estudiará que un partido salga reforzado a pesar de verse salpicado por innúmeros casos de corrupción, a pesar de quedarse callado e inmóvil, sin buscar pactos ni leches, y sin añadir nada nuevo ni viejo a su inmutable guion; a pesar tener que atar en corto a su líder para que no hable ni actúe y haga subir el pan y la risa, y se estudiará que ese partido anormal haya incluido en su campaña electoral los lugares que normalmente se excluyen, ésos donde no se tiene nada que hacer que no sea arañar votos; en su caso, unos porque son históricos feudos ajenos, otros por ser corruptos feudos propios. Por ejemplo, se estudiará que la alianza de dos fuerzas políticas imposible para la primera cita, sea no sólo real para la segunda, sino propiciatoria de unos resultados sustancialmente mejores. Se estudiará, por ejemplo, que un partido de larga tradición, uno de los dos partidos por excelencia, se haya hundido en la miseria de los tiempos modernos, aferrándose al centro socialdemócrata que tan bien le ha venido pero que tanto daño le ha hecho, y que ese mismo espacio sea ahora y de momento el centro geográfico y umbilical de una nueva formación. En fin, que cuando leáis esto, habremos votado por segunda vez en siete meses, habremos vivido un aspecto inédito de nuestro sistema electoral, habremos comprobado una vez más la amplitud de miras y el profundo sentido de la responsabilidad de nuestra clase política, habremos inaugurado una nueva e histórica etapa en este país y, lo más importante, habremos disfrutado de la verdadera esencia cultural de nuestras Fiestas del Agua, gracias a las tan valiosas como nutritivas propuestas de las peñas taurinas de la localidad... Aunque creo que esto último no iba aquí, ¿verdad? Esta cabeza, con tanto lío...



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